El Pittsburgh Compound B (PiB) había sido utilizado como trazador in vivo para evidenciar la presencia de placas de β-Amiloide cerebral, como ya nos hicimos eco en nuestra web en sendos artículos sobre originales de las revistas Annals of Neurology (2004) y Nature Neuroscience (2005).
Ahora se publica en la revista Archives of Neurology un caso anatomoclínico en cuya autopsia se confirma la correspondencia entre las lesiones evidenciadas en vida mediante el PiB y las mediciones de β-Amiloide cerebral en el análisis tisular postmortem.
Se trata de un anciano de 76 años diagnosticado clínicamente de demencia con cuerpos de Lewy, al que se practicó la detección de β-Amiloide cerebral mediante el PiB y PET (Tomografía por emisión de positrones). El paciente falleció posteriormente, y tres meses después de la PET se realizó la autopsia.
La autopsia confirmó el diagnóstico clínico (demencia con cuerpos de Lewy), y además mostró la presencia de una grave angiopatía amiloide y de cantidades moderadas de placas parenquimatosas de β-Amiloide. La mediciones bioquímicas revelaron una correlación positiva entre los niveles de β-Amiloide y el trazado regional debido al PiB.
Como afirman los autores, este caso confirma que el PiB detecta el β-Amiloide en el paciente vivo, y demuestra que la principal fuente de señal del mismo es el β-Amiloide depositado en forma de angiopatía amiloide.
Referencia bibliográfica: Brian J. Backskay, Matthew P. Frosch, Stefanie H Freeman et al. Molecular imaging with Pittsburgh Compound B confirmed at autopsy. Archives of Neurology 2007;64:431-434.
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