Investigadores de Estados Unidos han logrado imágenes de las placas de β-Amiloide en el cerebro de pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) vivos mediante técnicas de tomografía por emisión de positrones (PET).
Hasta ahora, la única forma de ver las placas de amiloide era en la necropsia. En este estudio, disponible on-line desde el 21 de enero de 2004 previamente a su publicación impresa en la revista Annals of Neurology, los autores utilizan el Pittsburgh Compound-B (PIB) para poder ver las placas cerebrales de β-Amiloide mediante PET en pacientes con EA.
Además, la distribución de placas de β-Amiloide obtenida mediante el uso del PIB en la PET en pacientes vivos con EA, se corresponde muy bien con la que posteriormente aprecian los patólogos en la necropsia.
El estudio incluyó a 16 pacientes con EA en estadio leve, y a 9 controles sanos (3 jóvenes de 21 años y 6 ancianos). En comparación con los controles, los pacientes con EA mostraron de manera típica una marcada retención de PIB en las áreas corticales de las que se sabe que contienen grandes cantidades de depósitos de β-Amiloide en la EA.
En el grupo con EA la retención de PIB se incrementó de manera más prominente en la corteza frontal, hallándose también aumentos importantes en el córtex parietal, temporal y occipital, así como en el estriado. La retención de PIB solo fue similar entre los controles y los pacientes con EA en las áreas de las que se sabe que presentan escaso depósito de β-Amiloide, tales como la sustancia blanca subcortical, el puente y el cerebelo.
Los resultados sugieren que con este nuevo trazador la PET puede proveer información cuantitativa sobre los depósitos de β-Amiloide en sujetos vivos. La utilización del PIB permite el seguimiento evolutivo de la progresión de la EA, y podría acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos dirigidos a la detención del depósito de β-Amiloide en el cerebro.
Los autores afirman que:
«Esto constituye un significativo avance para la investigación del alzhéimer, y esperamos ansiosamente el descubrimiento de muchos usos posibles para él, incluyendo el auxilio al desarrollo de nuevas terapias del alzhéimer y posiblemente ayudando en la identificación de sujetos con alto riesgo para la enfermedad».
Referencia bibliográfica: William E. Klunk et al. Imaging brain amyloid in Alzheimer's disease with Pittsburgh Compound-B. Annals of Neurology 2004, publicación previa on-line.
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