En el número del 22 de mayo de 2003 de la revista Neuron aparece un artículo en el que se demuestra que la inducción de anticuerpos frente al β-amiloide (βA) mediante una vacuna, parece retrasar el deterioro cognitivo en pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA).
El informe está basado en uno de los trabajos de investigación que en su momento se llevaron a cabo con la vacuna de βA para la EA, que tuvieron que ser interrumpidos en 2002 a causa de la presentación de casos de meningoencefalitis aséptica entre los sujetos participantes.
La inmunización tanto activa como pasiva frente al βA ya había demostrado en modelos murinos de EA que era capaz de revetir su neuropatología y mejorar la memoria y el aprendizaje. Existían además evidencias aisladas de este mismo efecto en humanos.
Recientemente se inició un gran estudio multicéntrico para determinar si la inmunización activa con βA podría retrasar la progresión de la demencia en pacientes con EA, pero desgraciadamente se tuvo que interrumpir pronto a causa de signos de meningoencefalitis aséptica en un 6% de los pacientes.
En este trabajo se recogen los resultados obtenidos por sus investigadores, de la Universidad de Zurich (Suiza), en 30 de los pacientes que participaron en el referido estudio multicéntrico.
Como parte del estudio, los pacientes recibieron una dosis inicial de vacuna de EA, y otra de recuerdo, en el periodo de 1 año.
20 pacientes desarrollaron anticuerpos frente al βA, y los 10 restantes no. Se pasó sobre todos ellos una batería de escalas y test, y se comprobó que los pacientes que habían desarrollado anticuerpos experimentaban un ritmo de deterioro significativamente más lento que los que no los habían desarrollado, tanto en la función cognitiva como en las actividades de la vida diaria.
Los beneficios de una inmunización satisfactoria fueron evidentes incluso en 2 de los 3 pacientes de esta serie que habían desarrollado episodios transitorios de meningoencefalitis aséptica.
No está aún claro si estos beneficios se prolongan más allá de un año, y los investigadores de este estudio están evaluando en la actualidad los resultados del segundo año, siendo el seguimiento a largo plazo uno de sus objetivos prioritarios.
Existen esperanzas de que se puedan mitigar o quizás hasta eliminar los riesgos de meningoencefalitis aséptica en la vacunación con βA, pero por el momento el riesgo de ese efecto colateral sigue siendo una preocupación no superada.
Referencia bibliográfica: Christoph Hock et al. Antibodies against β-amyloid slow cognitive decline in Alzheimer's disease. Neuron 2003;38:547-554.
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