Los animales de compañía son definidos por la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad contra los Animales como «aquellos animales domesticados cuyas necesidades conductuales, emocionales, físicas y sociales pueden satisfacerse fácilmente como compañeros en el hogar o en estrecho contacto diario con los humanos».
En Estados Unidos, la mitad de la población de 50 años o más, convive con animales de compañía, y en la población de 85 años o más, aproximadamente una quinta parte de las personas comparten su vida con estos compañeros.
Esta convivencia se ha asociado con efectos beneficiosos para la salud, ya que fomenta sentimientos de afecto, otorga significado a la vida, promueve la interacción social y disminuye la sensación de soledad, contribuyendo a una mejor salud física y una mayor calidad de vida.
La interacción con animales de compañía también amplía las redes sociales de las personas mayores, contrarrestando la tendencia natural a la reducción de las mismas con la edad. Pero no solo mejoran las relaciones, sino que también se consideran una parte integral de las redes sociales de sus dueños.
Diversas investigaciones han destacado que el cuidar perros se asocia con una mayor extroversión en comparación con quienes cuidan gatos, y que los beneficios que reportan de este cuidado superan al de hacerlo con otros animales de compañía. Además, se ha observado que el cuidado de perros está vinculado a resultados más positivos en términos de ansiedad, soledad y satisfacción personal. Aunque la investigación sobre la relación entre la custodia de peces ornamentales y el bienestar mental es limitada, se ha notado que tenerlos en el hogar puede resultar relajante.
Los estudios realizados en la población general destacan los beneficios de convivir e interactuar con animales vivos, incluyendo una mayor estimulación sensorial, sociabilidad y bienestar general. La reducción de la sensación de soledad se evidencia en tan solo tres meses, e incluso, en mujeres, se asocia con mejoras en el estado de ánimo. Se puede afirmar que cuidar a un perro se relaciona con un aumento en la interacción social, lo que mejora el bienestar social y reduce la soledad.
Un estudio reciente en personas de 50 años o más sugiere que vivir con un animal de compañía puede ralentizar el deterioro cognitivo, especialmente en la memoria y la fluidez verbal. Sin embargo, señala la la necesidad de más investigaciones para comprender mejor el cómo tener un animal de compañía puede reducir la tasa de deterioro cognitivo y prevenir la demencia en adultos mayores.
Investigaciones realizadas en personas de edad avanzada que residían en hogares de ancianos, donde se llevaban a cabo actividades grupales con participación de animales, mostraron mejora en la sintomatología depresiva y en la disminución de la soledad. Además, la terapia asistida con animales ha demostrado mejorar la calidad de vida en personas con trastornos cognitivos leves, o mayores como la demencia.
Tener una mascota, para las personas con demencia de leve a moderada que viven en su domicilio, está asociado a una mayor actividad física. Asimismo, el cuidar de un perro reduce la sensación de soledad, sin embargo, aquellos que tienen mascotas, pero no las cuidan, tienen más probabilidades de experimentar depresión y una menor calidad de vida.
La utilización de mascotas robóticas en personas con demencia moderada o avanzada ha mostrado beneficios al disminuir la depresión y la sensación de soledad, mejorar la calidad de vida y reducir síntomas relacionados con la demencia, aunque se requiere más investigación en este ámbito.
A pesar de la variabilidad en el diseño y el tamaño de los estudios, y en los tipos de animales de compañía analizados, la mayoría sugieren mejoras en la atención, la memoria y la velocidad de procesamiento de la información de las personas que conviven con los mismos.
En resumen, podemos concluir que existe una evidencia, aunque moderada, de la utilidad de los animales de compañía en la terapia asistida en personas con demencia, y que su presencia puede influir positivamente en su curso clínico. También que, aquellos que cuidan o atienden a animales de compañía, muestran menos sensación de soledad y síntomas depresivos, siendo el cuidado de perros especialmente beneficioso para las personas, tanto si viven solas como en pareja, generando cambios en su estilo de vida que favorecen la integración social y la actividad física.
Dr. Secundino López Pousa
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