Rincón del experto

Consumo de laxantes y alzhéimer

¿Existe alguna relación del estreñimiento crónico y el uso de laxantes con el riesgo de alzhéimer?

Fontanero (Modificado de Alexas_Fotos/Pixabay)

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El estreñimiento es una molestia abdominal intensa asociada a dificultad para evacuar las heces, que conlleva una reducción del número de deposiciones, inferior a tres a la semana, y que generalmente se acompaña de heces duras y sensación de evacuar menos de lo necesario.

Aproximadamente entre el 15 y el 30 % de la población sufre estreñimiento. El estreñimiento aumenta con la edad, a edades avanzadas el estreñimiento supera el 40 % de la población. El estreñimiento puede ser agudo o circunstancial, que se produce puntualmente, o crónico cuando dura más de tres meses. Si el estreñimiento se debe a un mal funcionamiento intestinal se le denomina primario, y al que se desarrolla en el contexto de una enfermedad determinada se le considera secundario.

El estreñimiento crónico es el más frecuente en la población senil, y especialmente en las personas que sufren enfermedades neurodegenerativas, sobre todo en la enfermedad de Parkinson y en la enfermedad de Alzheimer, aunque también se observa en personas con otros tipos de demencia.

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Se desconocen las causas que provocan el estreñimiento en las personas que sufren demencia. Se cree que puede ser debido a la propia enfermedad, que afectaría a las vías nerviosas que conectan el cerebro con el intestino, una alteración en el eje intestino-cerebro. La enfermedad neurodegenerativa probablemente es la responsable de una disfunción de la coordinación de la actividad del sistema nervioso central con el sistema nervioso intestinal. Esta disfunción sería la responsable de las modificaciones que se observan en el intestino de estas personas, que muestran alteraciones en la mucosa intestinal y en la actividad muscular.

Estos cambios perturban la motilidad intestinal y la reabsorción de agua provocando el estreñimiento. En algunos procesos neurodegenerativos se ha observado la existencia de depósitos de una sustancia toxica (α-sinucleína) a nivel del plexo intestinal, que se cree, entre otras, que es la responsable de ambas alteraciones.

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La mayoría de los estudios poblacionales han observado una clara asociación entre el estreñimiento, el deterioro cognitivo y la incidencia de demencia. Inicialmente se había pensado que la utilización de laxantes podría ser útil para la prevención y tratamiento del estreñimiento y que, al corregirlo, el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo disminuiría. Sin embargo existe poca evidencia de que la utilización de laxantes reduzca el riesgo de demencia en el caso del estreñimiento.  Al contrario, la utilización crónica de laxantes cambia la composición de la flora intestinal y, por tanto, altera la microbiota, aumenta la producción de toxinas, modifica la absorción de azúcares y grasas, y a su vez altera la respuesta inflamatoria e inmunitaria. Todas estas modificaciones conllevan a largo plazo alteración de la producción y absorción de los neurotransmisores (acetilcolina, serotonina y dopamina, entre otros), y trastornos en la transmisión nerviosa, lo que a la larga incrementa el riesgo de sufrir deterioro cognitivo.

También se ha señalado que la posibilidad de desarrollar demencia podría depender sobre todo de las alteraciones que produce la propia enfermedad neurodegenerativa a nivel intestinal, y no tanto del efecto del laxante. Y así, en un estudio reciente, realizado a través de un registro poblacional del Reino Unido, en el que se evaluó la asociación entre la utilización de laxantes y los perfiles de riesgo genético para la incidencia de demencia, se observó mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia vascular en las personas que utilizaban laxantes y tenían una susceptibilidad genética alta. Por otra parte, el riesgo de la utilización de laxantes en el desarrollo de demencia fue más evidente en los hombres.

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Para tratar el estreñimiento se han utilizado y utilizan una amplia gama de tipos de laxantes: formadores de volumen, estimulantes, suavizantes y emolientes, osmóticos, procinéticos y secretores, entre otros.

Se ha comprobado que el riesgo de sufrir demencia varía con el tipo de laxante. Y así, los laxantes con mayor riesgo de demencia son los osmóticos (contienen sustancias no absorbibles que favorecen la secreción intestinal de líquidos hidratando las heces, lo que estimula el peristaltismo intestinal), los estimulantes (estimulan directamente la motilidad intestinal disminuyendo la reabsorción de líquidos), y los suavizantes y emolientes (actúan como humectantes facilitando la captación de agua por las heces).

El riesgo parece no aumentar con los laxantes formadores de volumen (absorben agua y se hinchan formando un mucílago que confiere a las heces mayor volumen y estimula el peristaltismo). Aunque las recomendaciones para utilizar los laxantes son variables, las directrices actuales recomiendan para el estreñimiento de leve a moderado los laxantes formadores de volumen y, si no funcionan, utilizar los laxantes osmóticos, y en el estreñimiento más severo utilizar los laxantes estimulantes.

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En el estudio realizado en Reino Unido, además de la susceptibilidad genética, también observaron que el uso regular de laxantes comportaba un mayor riesgo de demencia por todas las causas, y que el riesgo aumentaba sobre todo con los laxantes osmóticos. Resultados similares se han señalado en otro estudio retrospectivo realizado en Taiwán, en el que observaron que los pacientes que utilizaban el laxante osmótico óxido de magnesio tenían un mayor riesgo de demencia, pero no de la demencia de la enfermedad de Alzheimer ni de la demencia de origen vascular. En relación a la utilización óxido de magnesio se había sugerido que aunque, como otros laxantes, aumenta el riesgo de demencia, en el caso de la enfermedad Alzheimer el riesgo de demencia podría reducirse, debido a que óxido de magnesio tiene otros efectos que podrían ser compensatorios: reduce el número de crisis de migraña, la presión arterial, disminuye el riesgo de accidente cerebrovascular y alivia los síntomas depresivos.

Los resultados también sugirieron que los laxantes pueden aliviar los síntomas del estreñimiento, pero no logran reducir el riesgo de demencia. Los laxantes son útiles para evitar el estreñimiento, pero serán más útiles si se utilizan moderadamente y asociados a un estilo de vida saludable: dieta adecuada (rica en fibras y moderada en proteínas y grasas), consumo de líquidos equilibrado y ejercicio diario, evitando el sedentarismo.

Dr. Secundino López Pousa

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