Rincón del experto

EPOC y enfermedad de Alzheimer

Fumar daña tus pulmones (imagen decorativa)

Modificado de Myriams-Fotos/Pixabay

Padecer una enfermedad respiratoria crónica como la EPOC, ¿supone un mayor riego para presentar la enfermedad de Alzheimer?

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida por sus siglas EPOC, consiste en un proceso respiratorio crónico, a menudo progresivo. El pulmón de las personas que la padecen reacciona anormalmente ante algunas partículas o gases nocivos con una respuesta inflamatoria severa que, entre otras cosas, limita el flujo de aire en los pulmones. Cuando esto se produce, a medida que pasa el tiempo las alteraciones ventilatorias sufridas provocan una disminución de oxígeno en la sangre, asociada a un incremento del CO₂ (hipercapnia). A la larga, ambos procesos afectan a la actividad cerebral, y muy especialmente a la de las neuronas, lo que predispone a una afectación cognitiva.

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Es bien conocido que los episodios repetidos de hipoxia cerebral comportan un aumento de radicales libres e inflamación neuronal. La disminución del oxígeno limita el rendimiento neural, afectando a la actividad cognitiva y, en especial, a las funciones ejecutivas, observándose dificultades para planificar, organizarse, tomar decisiones y resolver problemas, entre otras. Existen estudios que han investigado la repercusión de sufrir una EPOC en la actividad cognitiva. Uno de los más importantes, publicado hace 10 años en la prestigiosa revista JAMA, consistió en la realización de evaluaciones repetidas de las funciones cognitivas durante un tiempo de 5 años en personas que padecían EPOC. Los resultados mostraron un aumento significativo del deterioro cognitivo global, aunque sin afectación de la memoria. Otros estudios similares previos en personas con EPOC grave, ya habían señalado que estos pacientes mostraban mayor dificultad para mantener la atención, adaptarse a los cambios en el entorno, solucionar problemas, elaborar planes y su cuidado personal a la vez que presentaban pérdida de memoria e imprecisión a la hora de toma decisiones.

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Dos revisiones recientes que analizaron los resultados de las investigaciones más relevantes realizadas hasta el momento actual, reafirman los datos ya conocidos, poniendo de relieve que las personas que padecen EPOC tienen un mayor riesgo de sufrir deterioro cognitivo y demencia cuando son comparados con aquellas que no lo sufren. Este riesgo es igual para hombres y mujeres y es mayor para aquellos pacientes que sufren esta enfermedad respiratoria de inicio temprano, es decir, antes de los 64 años.

No se conoce con exactitud el mecanismo que produce el deterioro cognitivo y la demencia, pero se piensa que pueda ser debido a la suma de diferentes factores como son la hipoxia cerebral con el consecuente estrés oxidativo secundario, el proceso inflamatorio sistémico y la inactividad. Todo ello llevaría al aumento de sustancias inflamatorias y a la liberación de factores o sustancias que favorecieran la muerte neuronal, siendo ambos procesos responsables de la disminución de la actividad nerviosa en los ganglios basales y en la corteza cerebral observadas en la neuroimagen cerebral.

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Son la hipoxia y la disminución de la perfusión cerebral la base de todo el proceso y las responsables del deterioro cognitivo. La prevalencia promedio de deterioro cognitivo en las personas con EPOC se sitúa en el 32 %. De ahí, la gran importancia de la prevención actuando sobre ambas.

La deficiente oxigenación que provoca esta enfermedad produce también otras consecuencias como la disminución de las actividades de la vida diaria, mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas pulmonares, y de ingresos hospitalarios.

La mayoría de estudios comentados anteriormente se han realizado según los criterios convencionales de la EPOC, basados principalmente en la limitación del flujo de aire, pero desde hace aproximadamente 10 años, se utiliza una nueva clasificación. Se denomina Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD) y diferencia el EPOC en cuatro grados de gravedad según los síntomas y el número de nuevos episodios. Existen pocas investigaciones sobre la función cognitiva en relación a los criterios GOLD. Los resultados publicados de las mismas señalan que el deterioro cognitivo es semejante en todos los grupos y que los pacientes que presentan deterioro cognitivo no muestran peor estado de salud que los otros.

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Aunque no existe un tratamiento específico para prevenir el deterioro cognitivo de las personas que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica, se considera fundamental la realización estricta del tratamiento médico aconsejado por el neumólogo. Es muy importante la planificación del día a día para evitar nuevos episodios y, en el caso de sufrirlos, realizar la oxigenoterapia desde la aparición de los primeros síntomas. Se ha observado, que aquellos pacientes con EPOC tratados en su domicilio con oxigenoterapia continua (24 h/día), utilizando cánulas nasales, manteniendo la saturación de oxígeno entre el 88 y el 95 %, no han desarrollado alteración de las funciones cognitivas, siendo estas mejores que las que presentan los no tratados. Por ello, se recomienda la utilización de la oxigenoterapia para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo y el desarrollo posterior de la enfermedad de Alzheimer.

En aquellas personas que padecen otros procesos como el envejecimiento, la hipertensión, la diabetes tipo 2, enfermedades cerebrovasculares, lesiones cerebrales traumáticas o trastornos respiratorios del sueño, las precauciones para evitar la disminución de la oxigenación cerebral ha de ser más cuidada. En todas ellas, la neuroinflamación y el estrés oxidativo, aumentan el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas cerebrales, y entre ellas la enfermedad de Alzheimer.

Dr. Secundino López Pousa

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