Rincón del experto

Aceite de oliva y prevención de la demencia

Aceite de oliva (imagen decorativa)

© iStock.com/dulezidar

¿Qué dice la Ciencia de esto?

Cada vez con más frecuencia, los medios de comunicación hacen referencia a la importancia de la alimentación en la prevención de las demencias, y entre ellas la enfermedad de Alzheimer.

¿El consumo de aceite de oliva tiene algún beneficio en la prevención de las demencias y de la enfermedad de Alzheimer?

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Comentario y consejos del experto

En la década de los 60, el biólogo Ancel Keys dio a conocer el resultado de un estudio epidemiológico sobre la salud y la alimentación, en el que participaron varios países, y dos de ellos del área mediterránea, Italia y Grecia. Observó que la población de los países mediterráneos, comparándola con la de los otros países, desarrollaba menos cánceres y enfermedades cardiovasculares y que presentaba menor mortalidad. Relacionó este aspecto saludable de la población con la dieta que consumían habitualmente, que denominó dieta mediterránea. Hoy en día se le considera a Ancel Keys como el pionero de la dieta mediterránea y de haber dado a conocer la importancia de la alimentación en la salud.

La dieta mediterránea se caracteriza por el consumo preferente de cereales, verduras, legumbres y frutas y, como principal fuente de grasa, el aceite de oliva. En las comidas, las verduras y legumbres están presentes en el primer o en el segundo plato y se acompañan de pan, cereales, nueces y semillas. En los postres generalmente se consumen frutas. También se da la presencia, aunque moderada, de productos lácteos (principalmente queso y yogur), pescados y aves de corral, y un menor consumo de carnes rojas y de vino.

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Como ya se ha comentado, el aceite de oliva es uno de los principales componentes de la dieta mediterránea, y se calcula que el consumo diario por persona varía entre 25 y 50 mililitros, bien sea cocinado o en la condimentación de las verduras y de las ensaladas.

El beneficio del aceite de oliva para la salud se atribuye a su alto contenido en ácidos grasos, sobre todo ácido oleico, y a otras sustancias denominadas micronutrientes, como los carotenos y los compuestos fenólicos. La calidad del aceite se valora en base a estas últimas y es la riqueza en polifenoles la que le confiere una mayor capacidad antioxidante.

El aceite de oliva virgen extra es el más saludable respecto a los otros tipos de aceite (aceite de oliva virgen, aceite de oliva refinado y el aceite de orujo), teniendo un mayor contenido de polifenoles (alrededor de 55 mg/100 gramos), que supone más del doble que en el aceite de oliva virgen. Aunque ambos aceites son saludables, el consumo de aceite de oliva virgen aparentemente no es tan beneficioso para la salud como lo es el aceite de oliva virgen extra.

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A los beneficios señalados del aceite de oliva se le ha de añadir que, comparado con otros tipos de aceites de origen vegetal, puede ser utilizado en frituras durante varias horas, hasta siete horas, manteniéndose estable. Se degrada muy poco, y por ello no produce niveles tóxicos de los ácidos grasos llamados trans, que son notablemente perjudiciales para la salud.

A lo largo de estos últimos años, diferentes estudios poblacionales han demostrado que la adherencia a la dieta mediterránea se asocia a mayor longevidad y a una menor mortalidad (9%), pero también a una reducción en la incidencia de diferentes enfermedades: las cardiovasculares (9%), el cáncer (6%), el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer (13%). Otros beneficios demostrados son la mejora del aprendizaje y de la memoria, aunque no de las funciones ejecutivas, y el retardo en el deterioro cognitivo y su conversión a la enfermedad de Alzheimer.

Probablemente sea el aceite de oliva el responsable de gran parte de los efectos saludables observados en las poblaciones que consumen la dieta mediterránea.

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En el momento actual existe evidencia científica contrastada de que el consumo de aceite de oliva beneficia la salud humana y que tiene efectos protectores en diferentes patologías, sobre todo en las enfermedades cardiovasculares, tanto en el infarto de miocardio como en los accidentes cerebrovasculares, en el cáncer de mama y en la diabetes mellitus del adulto y, aunque los hallazgos no son concluyentes, todo hace pensar que también modifica el curso de algunas enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.

Estudios realizados durante varios años, que han comparado población que consumía aceite de oliva virgen extra diariamente con otras que no lo consumían, se observó una disminución del riesgo de deterioro cognitivo en los consumidores. En otro estudio, que comparó personas que recibían, con otras que no, un suplemento diario de aceite de oliva virgen extra, se observó que su consumo se asociaba a una reducción de la pérdida de memoria y funciones cognitivas globalmente.

Aunque son necesarios más estudios, los resultados de las últimas investigaciones hacen pensar que el acetite de oliva virgen extra podría modificar favorablemente la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

Dr. Secundino López Pousa

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