Un varón de 67 años sufrió una caída, golpeándose la cabeza y perdiendo el conocimiento al menos durante veinte minutos. Atendido en un Servicio de Urgencias, se le realizaron varias pruebas, incluyendo un escáner cerebral, que resultaron normales. Seis meses más tarde, y aunque aparentemente está bien, tiene fallos de la memoria. ¿Podrían relacionarse con el golpe en la cabeza?
Los traumatismos craneales con pérdida de conciencia prolongada, hasta el momento actual se han relacionado con un incremento del riesgo de sufrir años más tarde alguna enfermedad que condicione degeneración neuronal, las llamadas enfermedades neurodegenerativas, sobre todo la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
Sin embargo, como ambas enfermedades se ha observado que son muy frecuentes en estos últimos años ya que, como es bien conocido, van ligadas a la edad avanzada, se ha cuestionado esta asociación. Este hecho ha incrementado el interés por saber con certeza si los golpes en la cabeza son un factor de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades, y por ello en los últimos tiempos, a nivel mundial, se han realizado numerosos estudios sobre este posible riesgo. Es decir, si tras sufrir un traumatismo craneal se incrementa o no la posibilidad de desarrollar demencia.
En la mayoría de las investigaciones realizadas se ha observado una clara relación entre el traumatismo craneal y la posibilidad de desarrollar cualquier tipo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Cuando se ha evaluado la posibilidad de que si el traumatismo de la cabeza se acompaña de pérdida de conciencia, aumenta el riesgo de pérdida cognitiva o de demencia, en la mayoría de los estudios solo observaron una asociación significativa para los hombres, y no para las mujeres.
No está claro por qué se produce este incremento en el riesgo de desarrollar demencia después de una lesión grave de la cabeza. Es probable que, a algunas personas, posiblemente ya predispuestas para el desarrollo de la enfermedad, el traumatismo les provoque un proceso inflamatorio semejante al que ocurre en la enfermedad de Alzheimer. En este sentido se ha observado que los niveles de una sustancia denominada beta-amiloide-42, que es un componente de las placas neuríticas de la enfermedad de Alzheimer, y al igual que ocurre en esta, disminuyen en el líquido cefalorraquídeo.
Por lo tanto, en lo posible, debemos evitar y protegernos de los traumatismos craneales, ya que este tipo de lesiones de la cabeza son un factor de riesgo para la demencia, aunque los pequeños golpes de la cabeza, denominados lesiones menores en la cabeza, no esté claro que puedan desencadenar demencia.
De ahí que se aconseje consultar las molestias con el médico de familia, o con un especialista en Neurología, para que evalúen la intensidad de las molestias, y si es posible que tengan relación con una pérdida cognitiva postraumática, o bien sean causadas por otros motivos.
Dr. Secundino López Pousa
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