Martha Clare Morris es Profesora Asociada en el Rush Institute for Healthy Aging y en el Departamento de Medicina Interna del Rush University Medical Center. Preside la organización del Simposio sobre Nutrición y Enfermedad de Alzheimer/Deterioro Cognoscitivo que celebrará la International Academy of Nutrition and Aging en 2006 en Chicago, Estados Unidos
La doctora Morris es pionera en la investigación sobre los factores nutricionales de riesgo para la enfermedad de Alzheimer (EA) y el cambio cognoscitivo asociado a la edad. Ha publicado recomendaciones sobre la relación entre estos estados y los nutrientes antioxidantes, las grasas animales y las vitaminas B.
Está patrocinada por el National Institute on Aging para investigar los factores dietéticos de riesgo en una comunidad de 8.700 residentes caucásicos y afroamericanos del sur de Chicago. Es también la Epidemióloga del estudio global, el Chicago Health and Aging Project, que comenzó en 1993 y continúa a día de hoy.
Circunvalación del Hipocampo: Doctora Morris, ¿qué papel tienen los nutrientes antioxidantes como factores de prevención frente a la enfermedad de Alzheimer? ¿Existen datos que sugieran una acción selectiva de estos nutrientes sobre áreas cognoscitivas determinadas?
Doctora Morris: La enfermedad de Alzheimer implica daño oxidativo para el tejido cerebral mediante una oxidación incrementada de las membranas lipídicas, rotura de cadenas y alteraciones químicas en el DNA (Ácido Desoxi-ribonucleico), trastorno grave del funcionamiento de las membranas celulares, y pérdida neuronal. La agregación de los péptidos β-amiloides (βA) en las placas neuríticas, uno de los sellos neuropatológicos de la enfermedad de alzheimer, implica mecanismos oxidativos. Las sustancias nutritivas antioxidantes (que incluyen a la vitamina E, vitamina C, carotenoides y flavonoides) son parte de los mecanismos de defensa natural del organismo frente al daño oxidativo. Estudios animales y de laboratorio han demostrado que los nutrientes antioxidantes reducen el daño oxidativo en la membranas lipídicas cerebrales, la disfunción mitocondrial y el daño del DNA, la neurotoxicidad del βA, y la pérdida neuronal.
En este momento temprano de la investigación existen datos insuficientes para sugerir que la acción neuroprotectora de los nutrientes antioxidantes sea específica para una o más áreas cognoscitivas.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Se podrían recomendar actualmente los suplementos de vitaminas E y C como medida preventiva o terapéutica para la enfermedad de Alzheimer? ¿Cuáles serían las limitaciones potenciales de tal recomendación?
Doctora Morris: En el momento actual de la investigación es prematuro recomendar suplementos de vitamina E o de vitamina C, ya sea como prevención o como intervención terapéutica. En dos ensayos clínicos controlados y aleatorizados se administraron 2000 UI (unidades internacionales) de vitamina E a pacientes con enfermedad de Alzheimer y a personas con deterioro cognoscitivo leve, y no encontraron evidencia de efecto sobre el declive cognoscitivo. No se ha publicado todavía ninguno de los varios ensayos de prevención en curso sobre suplementos de vitaminas antioxidantes. Sin embargo, la mayoría de los estudios epidemiológicos no encuentran una asociación entre el uso de suplementos de vitamina E o vitamina C y el desarrollo de enfermedad de Alzheimer. La evidencia de protección más consistente reside en las fuentes alimentarias de los nutrientes antioxidantes y, especialmente, en las fuentes alimentarias de vitamina E.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Podría explicar las diferencias encontradas en los ácidos grasos séricos entre pacientes con EA y controles sanos? ¿Cómo afecta la ingesta de grasas saturadas/poliinsaturadas al riesgo de desarrollar EA?
Doctora Morris: Es difícil interpretar los hallazgos de cualquier estudio caso-control o transversal porque las relaciones observadas pueden ser debidas tanto a la causa como al efecto de la enfermedad, o a ambas. Esta cuestión puede ser especialmente relevante para las concentraciones de ácidos grasos y colesterol en la sangre, ya que los niveles circulantes de estas entidades bioquímicas pueden estar determinados por alteraciones de las membranas lipídicas y el funcionamiento de las células neuronales.
Dos estudios finlandeses encontraron que el colesterol sanguíneo elevado medido en adultos de mediana edad estaba asociado a un riesgo 2 o 3 veces mayor de enfermedad de Alzheimer unos 20 años más tarde. El colesterol de la sangre está afectado por la composición de la grasa de la dieta. Un ratio elevado de las grasas poliinsaturadas sobre las saturadas en la dieta reduce el LDL (lipoproteínas de baja densidad)-colesterol y aumenta el HDL (lipoproteínas de alta densidad)-colesterol. Varios modelos animales encontraron la función cognoscitiva deteriorada y la neuropatología de Alzheimer aumentada en el tejido cerebral de animales alimentados con una dieta hipercolesterinémica rica en grasas en comparación con animales de control. Hay pocos estudios epidemiológicos sobre este tema y la evidencia sobre la asociación es dispar. Nosotros observamos el doble de riesgo de enfermedad de Alzheimer incidente entre personas con una ingesta elevada de grasas saturadas y un menor riesgo de EA entre las personas con una ingesta elevada de grasas poliinsaturadas y de monoinsaturadas.
Circunvalación del Hipocampo: El hallazgo de su último trabajo en Archives of Neurology -la asociación entre la ingesta elevada de folato y un declive cognoscitivo más rápido- puede ser sorprendente a primera vista. ¿Cómo explica usted estos resultados?
Doctora Morris: Aunque muchos estudios han investigado la relación de la ingesta de folato con las diferencias en la capacidad cognoscitiva entre personas, éste fue el primer estudio en examinar la relación entre la ingesta de folato y el declive de la capacidad cognoscitiva entre individuos. El hallazgo fue inesperado y tan solo podemos especular acerca de las posibles causas. La explicación más plausible es que la ingesta aumentada de ácido fólico a través de suplementos vitamínicos y alimentación enriquecida esté enmascarando la deficiencia de vitamina B12 en la población de esta comunidad.
Esto constituyó una importante preocupación durante el debate sobre el programa de enriquecimiento con ácido fólico que fue instituido en los Estados Unidos en 1998. La ingesta elevada de ácido fólico puede mejorar la anemia, pero no las complicaciones neurodegenerativas subyacentes. También estaba la cuestión aún no resuelta de si dosis altas de folato pueden exacerbar el síndrome neurológico asociado a la deficiencia de vitamina B12.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Hay datos que apoyen realmente el uso terapéutico del ginkgo biloba?
Doctora Morris: El ginkgo biloba es un potente antioxidante y ha sido utilizado a través de la historia por sus propiedades terapéuticas, incluyendo el funcionamiento cerebral. Hay unos cuantos ensayos clínicos pequeños que testaron los efectos del ginkgo biloba sobre la cognición, con resultados equívocos. Actualmente hay dos grandes ensayos clínicos en curso para testar los efectos del ginkgo biloba sobre el declive cognoscitivo entre personas con deterioro cognoscitivo leve y entre personas con cognición normal.
Circunvalación del Hipocampo: Desde el conocimiento epidemiológico actual sobre EA y demencia, ¿qué recomendaciones dietéticas podrían hacerse tanto para los pacientes como para la gente sana?
Doctora Morris: Es prematuro hacer cualquier recomendación dietética para la prevención o el tratamiento de la EA. Hay muy pocos estudios para estar seguro de cualquiera de las asociaciones dietéticas. Sin embargo, en la mayor parte de las asociaciones dietéticas con la EA se trata de relaciones bien demostradas para la prevención de la enfermedad cardíaca, ictus, diabetes y otros estados cardiovasculares. Por lo tanto, estimulando a los pacientes y a la gente sana a consumir una dieta que incluya aceites vegetales, frutos secos, semillas, grano integral, pescado y verduras, y que sea baja en grasas saturadas y transaturadas, disminuirá el riesgo de enfermedad cardiovascular y puede que también se le reduzca a uno el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Circunvalación del Hipocampo: Doctora Morris, muchísimas gracias por su amabilidad al haber aceptado esta entrevista, aportando su larga experiencia investigadora sobre la relación entre dieta y demencia.
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