Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Valladolid y Doctor cum laude en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alcalá de Henares. Especialista en Neurología, Diplomado en Medicina Aeronáutica y Aeroespacial (Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, CIMA) y Máster en Astronomía y Astrofísica por la Universidad Tecnológica Euroinnova Business School.
Ha sido Jefe de Servicio de Neurología del Hospital Central de la Defensa, y Director de Acción Sanitaria del Ejército del Aire. Actualmente ejerce su actividad asistencial, docente e investigadora en la Unidad de Ciencias Neurológicas de Madrid y es Director Médico del Proyecto Europeo Moonwalk (European Space Agency y Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), para la programación de futuros viajes espaciales tripulados a Marte.
Ha sido profesor asociado de Ciencias de la Salud en las Universidades Complutense, San Pablo-CEU y de Alcalá de Henares, y actualmente es Profesor de Psicología en las Universidades Autónoma y de Comillas de Madrid, y Director del Máster de Neurología de la Universidad Internacional TECHtitute.
Experto en Historia del Arte (especialista en Códices Medievales Mozárabes y en temas de Historia relacionados con la medicina), ha sido coordinador del Grupo de Humanidades e Historia de la Medicina, director de los Cursos de Neurohistoria y de la Revista Summa Neurológica de la Sociedad Española de Neurología, y es miembro de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (ASEMEYA).
Ha publicado múltiples artículos en revistas nacionales e internacionales y es editor de los libros «Historia de la Neurología en España», «Arte y Neurología», «De Cerebri Morbis: una historia de las enfermedades neurológicas», «Neuroestética: cerebro, arte y belleza» y autor del libro «El cerebro creativo» de National Geographic, así como de una miniserie de libros sobre ilustres personajes de la Historia con enfermedades neurológicas.
Le agradecemos mucho que nos conceda esta entrevista a La Circunvalación del Hipocampo.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Qué es la creatividad?
Dr. Martín Araguz: Ante todo, muchas gracias por permitirme expresar mis ideas sobre este apasionante campo multidisciplinar de la Neurociencia.
La creatividad es una de las altas capacidades del cerebro humano, junto con la inteligencia y el rendimiento experto o expertise, que hace posible el logro de encontrar soluciones eficientes e innovadoras ante nuevos retos. En su grado más notable se manifiesta en forma de destellos intuitivos repentinos (insight) llamados por Martin Gardner «momentos ¡ajá!» en EE. UU. (o el ¡Eureka!, de Arquímedes en Europa). En su forma más elevada se manifiesta en la creación artística y en la apreciación cerebral del componente estético, motivo de estudio de la moderna rama de la neurociencia conocida como Neuroestética.
Aunque aún queda mucho por descubrir, la reciente investigación neurobiológica está comenzando a comprender cuáles son las bases neurales de la creatividad, así como su sentido evolutivo en la especie humana.
El funcionamiento preconsciente de nuestro cerebro y la activación o inhibición de algunas áreas corticales concretas, como la corteza prefrontal, parecen tener un papel relevante en este recurso que ha permitido la adaptación de los homininos (homínidos con deambulación bípeda), y especialmente del Homo sapiens, a los caóticos cambios del entorno hasta convertirnos en la especie más invasora del planeta.
Las modernas técnicas de neuroimagen funcional y el estudio de algunos procesos neurológicos que potencian o modulan la creatividad están dando resultados sorprendentes que ayudan a entender cada vez más esta compleja capacidad humana.
Circunvalación del Hipocampo: ¿La creatividad es propia de la especie humana, o aparece también en otras especies?
Dr. Martín Araguz: Hasta cierto punto, todas las especies son «creativas» para adaptarse —aunque sea a golpe de mutaciones— a los cambios aleatorios (caóticos) que implica la presión evolutiva propia de la Selección Natural con descendencia.
Los primates somos la especie más creativa, pero hemos evolucionado sobre el planeta Tierra durante unos 30 millones de años, con más de 6 millones de años de historia de evolución humana desde que nos separamos de la rama chimpancé, la especie más próxima con la que compartimos casi el 99 % de los genes. Nuestro pasado evolutivo es complejo, pero ciertamente ha conducido a nuestro éxito actual. En la naturaleza nada es gratuito y es difícil saber cuáles son las auténticas raíces de la creatividad humana, cuyo origen es multicausal, y qué nos queda todavía por aprender y lo que nos depara el futuro.
Una de las principales lecciones de nuestra evolución es que careció realmente de dirección y su comienzo fue más bien insignificante, como también fue complicada su continuación. Si no se hubieran dado cambios importantes en nuestro planeta tras un suceso catastrófico aleatorio (impacto de un cometa) hace unos 65 millones de años junto con un gran componente de suerte y casualidad más que causalidad, la irradiación de los reptiles no se habría interrumpido, la gran colonización de nuestros antepasados mamíferos no habría comenzado y no existiríamos nosotros.
La historia de las grandes extinciones es recurrente e imprevisible en la historia geológica de la Tierra, incluso nuestra propia autoextinción o autoaniquilación es indudable. Es seguro que seguirán apareciendo extinciones de causa natural, por lo que está claro que no estaremos aquí para siempre, salvo que nuestra creatividad nos permita viajar a las estrellas para encontrar nuevos hábitats. Nuestras oportunidades de sobrevivir a los sucesos naturales no predecibles, parecen pues descansar en parte sobre nuestras propias acciones.
Hace unos 30 millones de años, nuestros antepasados eran pequeñas criaturas tipo mono que habitaban en los árboles, con cerebros pequeños en relación a su tamaño corporal. Hace 4 millones de años eran todavía en parte arbóreos, pero ya tenían forma de simios con locomoción bípeda sobre el suelo y una visión estereoscópica que aumentó su tamaño cerebral de forma exponencial.
Hace 1,7 millones de años, el Homo erectus ya usaba el fuego, lo que permitió procesar una dieta más variada basada en proteínas y grasas de origen animal, fundamentales para el crecimiento cerebral. Hace 78 000 años con el Homo sapiens arcaico y ya antes con los neandertales y probablemente con los preneandertales Homo heidelbergensis ya existía una forma rudimentaria de componente estético, que probablemente tenía asociado un gran componente espiritual.
Las circunstancias que llevaron a algunos de estos simios a caminar erguidos (homininos) no se conocen totalmente, pero es muy probable que hayan tenido mucho que ver los sucesos planetarios aleatorios que cambiaron sus recursos alimenticios. Es en la especie hominina donde se genera la creatividad «cerebral» tal y como la conocemos, no es exclusiva del Homo sapiens y nació esencialmente para poder comer, no para hacer filosofía, ciencia o arte. Además, ayudó bastante que estos primates comenzaran a comunicarse de forma eficiente con un lenguaje verbal articulado y a utilizar un lenguaje simbólico que les permitió construir y deconstruir modelos abstractos del mundo mediante la creación de patrones reconocibles.
La espiritualidad humana asociada a la certeza de muerte y los imprevisibles cambios del entorno generó las bases de la religión y la mitología, elementos clave para entender el pensamiento humano durante miles y miles de años, hasta la llegada de la ciencia racional, mucho más tarde.
No es inconcebible, pues, que los humanos compartamos con otros primates algunos de los sustratos cognitivos y neuronales sobre los que se erige la apreciación estética, hipótesis que sugiere que, de hecho, tales sustratos anteceden a los propios seres humanos.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Dónde reside la creatividad humana, y qué mecanismos la explican?
Dr. Martín Araguz: Se tiende a pensar que la creatividad, al igual que la consciencia, son productos emergentes de la complejidad de nuestro cerebro y, ciertamente, parece haber estructuras neuronales que tendrían un papel relevante en la emergencia de estas capacidades en los humanos, así como estructuras y sistemas neurales altamente especializados (espinas dendríticas, neuronas de von Economo, sistemas de neuronas espejo, redes neurales, neuroplasticidad sináptica) que participan en la empatía, memoria,capacidad de imitación y aprendizaje en los primates, cuyo papel en la creatividad y en entendimiento estético parece ser trascendental. Pero estas estructuras no son exclusivas de la especie humana. Otro asunto es la enorme complejidad del conectoma cerebral humano, que actualmente se está investigando.
El tema es, pues, mucho más complejo. La creatividad tiene un origen preconsciente, como se ha visto en muchos experimentos, y parece que el lóbulo prefrontal tiene un papel transcendental en ello, pero con una función más bien inhibidora (racional) sobre el componente más emocional. La inhibición de la estimulación frontal sobre otras áreas cerebrales puede modular la creatividad de forma negativa. El bloqueo prefrontal con pulsos magnéticos transcraneales produce aumentos transitorios de la habilidad creativa.
No hay que olvidar que hace dos millones de años había al menos cuatro especies de tipo humano viviendo en África, otra en Europa y otra al este de Asia (al menos seis especies distintas). Hoy estamos solos, lo cual es tan preocupante como muy inusual para una especie hominina. Desde esta perspectiva, lo más fácil es imaginar que estábamos predestinados a subsistir y que nuestras cualidades eran las que se requerían para el éxito evolutivo con el arma poderosa de la inteligencia y la creatividad, pero esta explicación cómoda no tiene por qué ser la correcta. Estamos justamente orgullosos y presumimos de nuestros grandes cerebros, pero no debemos olvidar que los neandertales los tenían incluso de mayor tamaño, también eran creativos y tenían un marcado entendimiento estético y espiritual, pero ahora somos nosotros —y no ellos— los que estamos aquí.
Si los sucesos acaecidos en la Edad de Hielo se hubieran desarrollado de forma ligeramente distinta, quizás nuestra especie jamás hubiera salido del África ancestral y los neandertales finalmente habrían sido los que hubieran conquistado el planeta y hubieran llegado a la Luna.
Circunvalación del Hipocampo: ¿Qué relación existe entre creatividad y expresión artística? ¿Se puede ser creativo sin ser artista y, viceversa, se puede ser artista sin ser creativo?
Dr. Martín Araguz: La capacidad estética y la expresión artística, formas supremas de creatividad, no son solo humanas, como he dicho antes, sino propias del género Homo y aparentemente ausentes en otros géneros del linaje humano, si bien siempre bajo nuestro punto de vista antropocéntrico: nos creemos la especie más inteligente, pero esto no tiene que ser necesariamente así. Tener miles de bombas atómicas acumuladas, depósitos de virus incontrolables e incontrolados y otras armas de destrucción masiva para aniquilar varias veces a la población mundial no es precisamente un buen marcador de inteligencia.
El análisis del proceso estético y del arte constituyen el nivel más alto de complejidad neural para tratar de explicar la emergencia de esta alta capacidad de nuestra saga. En este sentido, somos la única especie que puede procesar el sentimiento estético, crear arte tal como lo definimos los humanos y obtener sentido y placer en ello.
Sin embargo, necesitamos tener en cuenta nuestro marcado componente social como primates, nuestra memoria cultural acumulativa (cultura) como Homo y nuestra capacidad de colaborar para conseguir altos objetivos como sapiens. La mezcla aleatoria de todos estos factores, asociados a una gran dosis de suerte a lo largo de nuestra evolución mediante una integración de múltiples procesos componentes, justifica la emergencia de la creatividad dentro de la complejidad de la actividad neural de nuestro cerebro.
La Neuroestética es una rama reciente de la Neurociencia que estudia el entendimiento cerebral de la belleza. Parece haber argumentos convincentes a favor de un concepto de apreciación estética como resultado de la integración de múltiples procesos componentes, ninguno de los cuales se relacionaba con la estética antes de que se produjera dicha integración, ni parece dedicarse de manera exclusiva a ese cometido después de ella. Más aún, dichos componentes parecen tener historias evolutivas diferentes. Mientras que algunos parecen ser el resultado de episodios evolutivos que tuvieron lugar durante la evolución del ser humano, otros parecen haber sido heredados de antepasados primates distantes.
En consonancia con este modelo de procesos integrados, la capacidad Neuroestética humana no podría explicarse de ningún modo con una única función adaptativa o presión selectiva. Más bien cabe concluir que la apreciación estética y el arte son el resultado de una evolución en mosaico, en la que múltiples presiones selectivas influyeron sobre diferentes procesos componentes, confiriendo diversas ventajas adaptativas. Es posible incluso que ese episodio sea múltiple, que haya tenido lugar en varios momentos de la evolución de nuestra especie, incluso tanto antes como después de la divergencia de los linajes humano y chimpancé.
Pero, al final de todo está la suerte. Creo que para ser un artista genial (o un «genio» en cualquier rama del saber) hay que ser creativo, pero también hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Si el artista no es creativo, entonces no es artista, sino un simple embaucador que sí estaba en el momento y sitio adecuados. La verdad es que la contemplación de algunas presuntas obras del arte de vanguardia me hace dudar de todas las ideas preconcebidas…
Circunvalación del Hipocampo: ¿La persona creativa nace, o se hace?
Dr. Martín Araguz: En principio todos somos creativos en mayor o menor medida y algunas personas pueden modular más eficientemente su capacidad creativa, pero lo cierto es que si uno se duerme «rumiando» un problema que parece irresoluble, es posible que te despiertes con un atisbo de solución creativa, que aparece durante el sueño, o sea, en el nivel preconsciente.
Hay dos formas no excluyentes de encontrar solución a los problemas: la creativa y la metódica. Parece haber dos clases de individuos en los que predomina una de las dos: hay individuos interesantes que nacen con esta capacidad, pero la mayoría de las personas somos aburridos, más bien metódicos y rutinarios en nuestra forma de pensamiento.
Todos tenemos en mente el prototipo del sabio creativo o genio despistado, desaliñado y a veces con dificultades para las relaciones sociales, para hablar o incluso con bajo rendimiento escolar según los estándares comunes. O sea, el genio nace y probablemente también el auténtico creativo, pero la expertise ayuda. Ciertamente, también se hace: el mejor conocimiento del problema ayuda a encontrar la solución mas eficiente y creativa.
El proceso creativo puede diferenciarse en cuatro pasos: (1) predisposición: personalidad especialmente creativa, (2) periodo de preparación consciente o inconsciente de un problema, (3) momentos iniciales de creatividad y, (4) realización de la idea creativa.
También el ámbito cultural y el campo social donde se desarrollan las ideas son importantes: las personas e instituciones de amplias miras que dan lugar a escuelas de pensamiento y permiten el acceso a experiencias educativas adecuadas dan más oportunidades para actuar potenciando la creatividad personal.
La creatividad adquiere múltiples formas y hay variados tipos de personalidades que conducen a una mentalidad creativa, que suele ceñirse más a un hábito concreto que a un hecho general y no suele tener relación con el intelecto (como hemos dicho, algunas personas muy creativas leen despacio o no son buenas en aritmética). Sin embargo, la capacidad de asombro, el pensamiento divergente, la independencia, el inconformismo, la flexibilidad y la capacidad de relajación tienen una clara relación con esta alta capacidad cerebral humana.
Circunvalación del Hipocampo: ¿En qué medida las enfermedades cerebrales en general, y las neurodegenerativas en particular, influyen o afectan a la creatividad?
Dr. Martín Araguz: La desinhibición del hemisferio derecho tras una lesión del izquierdo a veces mejora las capacidades creativas de algunos pacientes neurológicos. Esto se conoce como «facilitación funcional paradójica». Los mecanismos inhibidores y excitadores interactúan en compleja armonía en el cerebro sano y, cuando desaparecen algunas de las funciones inhibitorias de un hemisferio tras una lesión, se puede apreciar una mejora de ciertas funciones del otro.
Las enfermedades son como experimentos de la naturaleza cuyo estudio puede aportar muchos datos sobre las actividades neurobiológicas básicas que alteran. Desde hace años, los neurólogos hemos ido aprendiendo cómo afectan las lesiones cerebrales a los procesos neurológicos y mentales, y se han logrado hallazgos sorprendentes sobre la naturaleza de la creatividad estudiando a personas con un talento asombroso a pesar de tener lesiones cerebrales innatas o adquiridas. Aunque es importante dejar claro que no es exactamente lo mismo talento que creatividad, estos estudios demuestran que la lesión de algunas zonas del cerebro puede liberar el potencial creativo de los pacientes.
El estudio de estos enfermos complementa los experimentos sobre creatividad con neuroimagen funcional en personas sanas. Sabemos que en algunos trastornos del neurodesarrollo, en la dislexia, el autismo o el Asperger se puede tener una gran creatividad artística a pesar de que estos pacientes exhiben severas limitaciones para el lenguaje o las habilidades sociales. Esto plantea que el lenguaje y las capacidades artísticas en realidad no están directamente relacionados, aunque ambos sean un medio de comunicación simbólica. Es posible que la capacidad figurativa de expresión simbólica haya precedido evolutivamente a nuestra capacidad de expresarnos por el lenguaje hablado, y que precisamente la capacidad simbólica universal prístina fue «relegada» e incluso sustituida por el lenguaje, que actúa así como factor inhibidor de la creatividad. En los humanos anatómicamente modernos esta capacidad ha quedado limitada a un grupo de personas creativas entre las que se incluyen las que no han desarrollado totalmente sus habilidades según los parámetros al uso. Ciertamente, los genios hablan poco y piensan profundamente. Los estudios de neuroimagen funcional indican que la corteza prefrontal se activa durante la percepción visual y la creatividad tiende a implicar actividad en los dos lados de la corteza. Pero a medida que la capacidad para un arte visual aumenta, las conexiones entre ambos hemisferios cerebrales se reconfiguran y la actividad de la corteza prefrontal derecha parece anular la capacidad inhibitoria del hemisferio izquierdo. Pero no todo el arte es visual y los estudios realizados fuera del contexto de las áreas occipitales son mucho menos sólidos.
Las enfermedades neurodegenerativas y/o con lesiones limitadas a los lóbulos frontal y temporal izquierdos reducen su actividad para inhibir los lóbulos contralaterales y pueden tener «estallidos de creatividad». Hay varios ejemplos de artistas reconocidos que han modificado sus capacidades creativas durante la evolución de una enfermedad de Alzheimer. La mayoría de las personas con demencia frontotemporal izquierda que manifiestan talento artístico crean un arte figurativo realista, sin componente abstracto o simbólico alguno. Lo que pintan parece recordar a épocas pasadas de su vida y las reconstruyen mentalmente sin ayuda del lenguaje. Muestran un interés progresivo en los detalles más precisos de las caras, objetos y formas. Además, muestran un interés obsesivo por su obra y la repiten compulsivamente hasta que sea perfecta. Esto parece ocurrir porque los elementos visuales se organizan en escenas coherentes y significativas mediante un procesamiento neural residual del lóbulo frontal derecho que ya no está inhibido por el izquierdo.
Circunvalación del Hipocampo: Y, finalmente, ¿podría la creatividad influir o condicionar el desarrollo de enfermedades actuando como un factor de protección o riesgo?
Dr. Martín Araguz: Si asumimos que en la llamada «facilitación funcional paradójica» los mecanismos inhibidores y excitadores interactúan en compleja armonía en el cerebro sano, si desaparecen algunas de las funciones inhibitorias de un hemisferio tras una lesión se puede apreciar una mejora de ciertas funciones del otro. Es evidente que las bases neuronales de la creatividad pueden manipularse para mejorar el rendimiento de algunas capacidades cognitivas. No creo que esto implique ningún tipo de riesgo ya que se trata de aproximaciones no invasivas.
A la hora de resolver un problema, el cerebro utiliza diferentes procedimientos para encontrar una solución. Los métodos algorítmicos (estrategia que sigue unos pasos bien definidos) y heurísticos (reglas empíricas que se han ido desarrollando a partir de la experiencia en la resolución de problemas) son los más utilizados, pero también puede recurrirse a estrategias menos formales, como potenciar la creatividad.
La creatividad es una cualidad que poseen todas las personas, pero muy pocas la desarrollan plenamente de forma eficiente. Dado que esta habilidad no es estática puede potenciarse y entrenarse a través de ciertos procedimientos como pensar en voz alta, escribir en un papel todas las ideas que surjan, utilizar analogías, etc.
La neuromodulación a través de programas específicos de potenciación creativa o de utilización de diversas facetas del arte como tratamiento (actualmente nuestro grupo de trabajo está desarrollando un programa de mejoría de la atención en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad —TDAH— mediante secuencias musicales) se ha mostrado prometedora como método para aumentar el rendimiento creativo a todos los niveles, incluido el cognitivo. Una pregunta oportuna se refiere a la relación entre la neuromodulación y el aumento deliberado y consciente del «estado de creatividad». Dada la evidencia de que el aumento del estado de «límite de pensamiento consciente» es efectivo, incluidos los efectos específicos en la cognición relacional: ¿hasta qué límite y durante cuánto tiempo funciona?
Otra cuestión sobre el potencial de la neuromodulación para aumentar la cognición creativa se refiere al razonamiento analógico, que aún no se ha abordado seriamente en ningún estudio hasta la fecha. La literatura que demuestra el poder único de las analogías para aprender e innovar, sugiere implicaciones potencialmente de gran alcance al aumentar estas. A nivel de construcción, el razonamiento analógico es un objetivo interesante para su mejoramiento, porque cierra la brecha existente entre la creatividad, el coeficiente intelectual y el deterioro cognitivo.
Finalmente, los estudios previos de los efectos de las intervenciones cognitivas y neuronales en la creatividad se han centrado principalmente en la divergencia (es decir, la novedad e inusualidad de las respuestas generadas), mientras que los criterios de consenso entre los investigadores en creatividad requieren que los productos sean tanto divergentes como significativos y apropiados para ser considerados verdaderamente como creativos. Aunque las manipulaciones del estado de la creatividad son prometedoras, aún no está claro si estas intervenciones representan una creatividad «real» o simplemente producen divergencias al disminuir las restricciones sobre el significado y lo apropiado.
En un futuro puede que se desarrollen neuroestimuladores (o «neurobloqueadores») portátiles autoaplicables que permitan aumentar la creatividad individual, o sistemas nanotecnológicos de almacenamiento y procesamiento de información que potenciarían algunas capacidades del cerebro humano (atención, memoria, aprendizaje…) sano o enfermo. Las posibles consecuencias de estos procedimientos serán imprevisibles, ¿crearían dependencia o tendrían efectos adversos a largo plazo? En Biología, nada es gratuito.
En conclusión, partiendo de los tratamientos de investigación tradicionales de la creatividad como rasgo estático, la evidencia de mecanismos neuronales que apoyan el dinamismo en el rendimiento creativo sugiere un claro potencial potenciador de intervenciones cognitivas y neuronales dirigidas, con una base científica clara. Sin embargo, este campo está aún en sus comienzos y es necesario potenciar la investigación a largo plazo para encontrar respuestas en esta gran complejidad.
Bibliografía recomendada
Cómo citar esta entrevista:
Utilizamos cookies para mejorar su experiencia de navegación y los servicios que le ofrecemos. Al clicar en «Aceptar», o si continúa navegando, usted reconoce que ha leído y comprendido nuestra política de privacidad, y que acepta el uso de nuestras cookies.