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Ante el contexto clínico, la normalidad en las exploraciones complementarias y la clara presencia de una depresión reactiva, se emitió el diagnóstico de pseudodemencia depresiva.
Se instauró tratamiento con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (citalopram). Fue revisada a los 4 meses, manifestando una resolución de sus déficit cognitivos y una incorporación a su vida sociofamiliar y laboral sin limitaciones.
Neuroimagen en trastorno depresivo. Alternativa de texto.
Con el término “pseudodemencia” se han venido identificando todas aquellas alteraciones cognitivas que pueden encontrarse en distintos procesos psiquiátricos, fundamentalmente en la depresión, aunque también pueden verse en la manía o en la esquizofrenia.
Este término, que se ha mantenido quizá para manifestar el carácter reversible de estas alteraciones cognitivas, no está exento de crítica y se ha propuesto su sustitución por el de “síndrome demencial de la depresión”.
Existen una serie de criterios para definir y diagnosticar estos cuadros:
La prevalencia de pseudodemencia en la población general mayor de 65 años se estima en un 0.4 – 2.1 %.
Las características clínicas de la pseudodemencia depresiva son en ocasiones muy similares a las observadas en las demencias de patrón subcortical, con pérdida de intereses y motivaciones, enlentecimiento físico y mental, trastornos de la atención y concentración, aislamiento social, abandono del cuidado personal, etc.
Resulta particularmente importante diferenciar clínicamente una pseudodemencia de los trastornos afectivos (generalmente de tipo depresivo) que puede manifestar un paciente con demencia en sus estadios iniciales. Estos últimos presentan un curso más insidioso y prolongado y hay un estado premórbido en áreas cognitivas antes del desarrollo de la depresión. Las quejas sobre los déficits son más vagas (con mayor indiferencia hacia los mismos), hay mayor afectación de la memoria reciente, la dificultad en la realización de tareas similares es más uniforme, se afectan la orientación, praxias y lenguaje, etc.
La pseudodemencia suele tener un curso más recortado en el tiempo, con un inicio más preciso. Se aprecia angustia, con tendencia a magnificar el déficit. Son muy frecuentes respuestas “no sé“ en los test psicométricos y suele haber despertar precoz, deterioro en la atención y concentración, conducta incongruente con la gravedad del deterioro, ánimo depresivo, etc.
Se han perfilado distintos tipos de pseudodemencia:
Para el diagnóstico se han propuesto diversos criterios, como los recogidos por Rabins y colaboradores (1993), y el tratamiento es el de la depresión a la que acompañan.
El SPECT puede ayudar en el diagnóstico de los trastornos depresivos, contribuyendo a diferenciarlos de otros trastornos, e incluso identificando subtipos de depresión. La imagen que vemos en esta página muestra una disminución de la actividad en el córtex prefrontal junto con un aumento de la actividad del sistema límbico profundo (tálamo). Este subtipo concreto se asocia a menudo a melancolía, negativismo, astenia, trastornos del sueño y del apetito y escasez de concentración, y suele responder mejor a fármacos con actividad dopaminérgica o noradrenérgica como el bupropion o la imipramina.
Cómo citar este caso clínico:
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