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Guía de práctica clínica para prevenir el alzhéimer
Los hallazgos de un amplio estudio de revisión sistemática y metaanálisis han revelado 21 recomendaciones, basadas en 10 factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer (EA), con evidencia de Clase 1 y Nivel A.
Dichos hallazgos han llevado a la publicación de lo que sus autores han denominado como «el primer documento-guía basado en la evidencia»
para la prevención de esta enfermedad. El estudio acaba de ser publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry (J Neurol Neurosurg Psychiatry).
La interpretación de la evidencia en la prevención de la EA constituye un verdadero reto, a causa de que los estudios disponibles son de diseño muy variado, y con unos objetivos y una credibilidad bastante heterogéneos. Los autores de este estudio han completado una revisión sistemática con metaanálisis de la evidencia actual en ensayos con diseño prospectivo, a fin de proponer recomendaciones basadas en la evidencia, para la prevención de la EA.
Se investigaron bases de datos electrónicas, y sitios web relevantes, desde sus orígenes hasta el 1 de marzo de 2019. Se incluyeron tanto estudios prospectivos observacionales (EPO) como ensayos controlados aleatorizados (ECA). Las estimaciones de efecto, ajustadas en función de variables múltiples, fueron acumuladas mediante modelos de efectos aleatorios, con evaluación de su credibilidad en función de sus riesgos de sesgo, inconsistencia e imprecisión. Se resumieron los niveles de evidencia y las clases de recomendación.
Fueron identificados un total de 44 676 informes, y finalmente fueron elegidos para el análisis 243 EPO y 153 ECA, tras las exclusiones realizadas en base a los criterios preestablecidos. A partir de los estudios seleccionados, se incluyeron en el metaanálisis 104 factores modificables y 11 tipos de intervención.
En base a este estudio, se sugieren 21 recomendaciones basadas en evidencia consolidada, con sugerencias de Clase 1 centradas en 19 factores: 10 con una fuerte evidencia de Nivel A (educación, actividad cognitiva, índice de masa corporal elevado en los últimos años de vida, homocisteína sérica elevada, depresión, estrés, diabetes, traumatismo craneal, hipertensión durante la madurez e hipotensión ortostática) y 9 con una evidencia más baja, de Nivel B (obesidad durante la madurez, pérdida de peso en los últimos años de vida, nivel de ejercicio físico, tabaquismo, trastornos del sueño, enfermedad cerebrovascular, debilidad, fibrilación auricular y déficit de vitamina C).
Por el contrario, se desaconsejan 2 tipos de intervención: terapia de sustitución hormonal con estrógenos (Nivel A2) y toma de inhibidores de la acetilcolinesterasa (Nivel B).
En sus conclusiones, los autores interpretan que, en base a los hallazgos de su estudio,
«Se proponen recomendaciones basadas en la evidencia, ofreciendo a clínicos e interesados una guía de puesta al día para la prevención de la EA».
Referencia bibliográfica: Jin-Tai Yu, Wei Xu, Chen-Chen Tan, Sandrine Andrieu, John Suckling, Evangelos Evangelou et al. Evidence-based prevention of Alzheimer's disease: systematic review and meta-analysis of 243 observational prospective studies and 153 randomised controlled trials. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2020; digital object identifier (doi): 10.1136/jnnp-2019-321913.
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