Podríamos estar más cerca de un análisis de sangre para el diagnóstico preciso de la enfermedad de Alzheimer, que pudiese además ser utilizado en Atención Primaria.
Un grupo de investigadores de Suecia ha encontrado que los niveles de proteína β-amiloide1-40 (βA40) y proteína β-amiloide1-42 (βA42) en sangre se asocian al estadio clínico del deterioro cognitivo, y pueden distinguir a individuos con deterioro cognitivo leve o enfermedad de Alzheimer de los sujetos no afectados, y todo ello mediante inmunoensayo totalmente automatizado.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Journal of the American Medical Association - Neurology (JAMA Neurol).
Un biomarcador preciso en sangre para la enfermedad de Alzheimer podría mejorar el diagnóstico de la enfermedad tanto en Atención Primaria como en las clínicas especializadas y en los cribados para los ensayos clínicos sobre la enfermedad.
Los autores realizaron dos estudios prospectivos multicéntricos, reclutando a los participantes entre el 6 de julio de 2009 y el 11 de febrero de 2015 (cohorte 1) y entre el 29 de enero de 2000 y el 11 de octubre de 2006 (cohorte 2). Los datos fueron analizados en 2018. La cohorte 1 (procedente del estudio sueco Biomarkers For Identifying Neurodegenerative Disorders Early and Reliably —BioFINDER—) contó con 842 participantes, de los que 513 estaban cognitivamente sanos, 265 tenían deterioro cognitivo leve y 64 padecían demencia de la enfermedad de Alzheimer. La cohorte 2 (procedente de un estudio alemán de biomarcadores) contó con 237 sujetos, 34 cognitivamente sanos, 109 con deterioro cognitivo leve y 94 con demencia de la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores utilizaron como estándar de referencia la relación βA40 / βA42 en líquido cefalorraquídeo. Se midieron en plasma, mediante inmunoensayo, el βA40, el βA42 y la proteína tau, examinándolas como predictores del estatus β-amiloide en modelos de regresión logística en la cohorte 1, replicándolo después en la cohorte 2. En la cohorte 1 se examinaron también las cadenas de neurofilamento ligero (NFL) y pesado (NFH), así como el genotipo de apolipoproteína E (APOE).
La relación de βA40 / βA42 en plasma predijo el estatus β-amiloide de forma muy precisa, aumentando la precisión cuando se añadía la determinación de APOE. Por el contrario, la determinación de proteína tau no influyó en la precisión diagnóstica.
Basándose en sus resultados, los investigadores opinan que:
«La medición en plasma de βA40 y βA42 mediante inmunoensayo predice el estatus β-amiloide en todos los estadios de la enfermedad de Alzheimer con una precisión similar a la de una cohorte de validación. Su precisión puede incrementarse más mediante el análisis del genotipo APOE. En el futuro, entre las aplicaciones potenciales de estos análisis de sangre se incluye el precribado de la positividad β-amiloide en los ensayos sobre enfermedad de Alzheimer, para reducir los costes y el número de los escaneos de tomografía por emisión de positrones (PET) o de punciones lumbares».
Referencia bibliográfica: Sebastian Palmqvist, Shorena Janelidze, Erik Stomrud, Henrik Zetterberg, Johann Karl, Katharina Zink et al. Performance of Fully Automated Plasma Assays as Screening Tests for Alzheimer Disease–Related β-Amyloid Status. JAMA Neurol 2019; digital object identifier (doi): 10.1001/jamaneurol.2019.1632.
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