Un estudio necrópsico recién publicado en la revista Neurology demuestra que cuanto mayor es la presión arterial durante la vejez, mayor es la presencia de infartos cerebrales y lesiones típicas de la enfermedad de Alzheimer (EA), especialmente de ovillos neurofibrilares.
Se trata de un estudio clínico-patológico derivado de estudios comunitarios prospectivos de cohorte con diseños y sistemas de recogida de datos similares.
Se obtuvieron anualmente mediciones de la presión arterial sistólica (PAS) y diastólica (PAD) durante una media de 8 años de seguimiento, y la evaluación neuropatológica post mortem reflejó la presencia de enfermedades propias del envejecimiento. El estudio incluyó 1288 participantes, con una media de edad de 88,6 años y un 65% de mujeres. El promedio estandarizado para la PAS a lo largo del estudio fue de 134 mm de Hg, y el de la PAD 71 mm de Hg.
Las probabilidades de infartos cerebrales aumentaron paralelamente a la presión arterial. Por cada desviación estándar sobre la media, aumentó un 46% la probabilidad de tener uno o más infartos cerebrales y, más concretamente, un 46% más la presencia de infartos grandes y un 36% más la presencia de microinfartos.
Además, una curva más rápida de declive de la PAS a lo largo del tiempo aumentaba las probabilidades de uno o más infartos. En cambio, en el caso de la PAD era la media, y no la curva de declive, lo que se asociaba a infartos cerebrales.
La neuropatología de EA mostró una asociación a una mayor PAS media, con un mayor número de ovillos neurofibrilares, sin que hubiese cambios en el número de placas de amiloide u otras lesiones típicas, y sin que se hallase relación entre las lesiones cerebrales típicas de la EA y los cambios de la presión arterial a lo largo del tiempo.
En sus conclusiones, los autores indican:
«Un promedio más alto de PAS y PAD en la vejez, y una reducción más rápida de la PAS de forma independiente, están asociadas a un creciente número de infartos cerebrales, tanto grandes como microinfartos. Encontramos alguna evidencia para una relación entre la PAS y la EA, concretamente en los ovillos neurofibrilares. Tanto el promedio de la presión arterial como su declive están relacionados con enfermedad cerebral».
Referencia bibliográfica: Zoe Arvanitakis, Ana W. Capuano, Melissa Lamar, Raj C. Shah, Lisa L. Barnes, David A. Bennett, and Julie A. Schneider. Late-life blood pressure association with cerebrovascular and Alzheimer disease pathology. Neurology 2018; digital object identifier (doi): 10.1212/WNL.0000000000005951.
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