El uso de algún medicamento de beneficio cuestionable (MBC) -aquél que tiene un beneficio limitado, está asociado a riesgos innecesarios, o ambas cosas- para los pacientes que se encuentran en estadios terminales de la demencia es algo muy extendido, y llega a mantenerse incluso en los últimos días previos al fallecimiento, de acuerdo con los resultados de un estudio canadiense publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society (J Am Geriatr Soc).
Este estudio poblacional muestra cómo el 45% de los pacientes con demencia residentes en instituciones sociosanitarias que habían estado recibiendo al menos un MBC en el último año, continuaron tomándolo también en su última semana de vida.
Los MBC estudiados incluyeron agentes hipolipemiantes como estatinas y fibratos, sustancias antiagregantes distintas de la aspirina, medicamentos antidemencia (anticolinesterásicos, la memantina no está autorizada donde se llevó a cabo la investigación), hormonas sexuales, antagonistas hormonales, inhibidores del leucotrieno, agentes quimioterápicos citotóxicos y moduladores de la inmunidad.
Se incluyeron en este estudio 9298 pacientes residentes en instituciones sociosanitarias de Ontario, Canadá. Todos tenían demencia avanzada y fallecieron entre el 1 de junio de 2010 y el 31 de marzo de 2013. Tenían 66 años o más en el momento de su muerte, y habían recibido al menos un MBC durante su último año de vida, realizándose las mediciones de prevalencia sobre ocho tipos de MBC utilizados en los últimos 120 días de vida y en la última semana.
De los participantes que habían recibido al menos un MBC en su último año de vida, los resultados del estudio mostraron que el 86,3% (8027 sujetos) los había recibido también en sus últimos 120 días, y el 45% (4180) incluso en su última semana de vida. Los datos que más se asociaron a tal práctica fueron el deterioro cognitivo severo y una escasa presencia de signos y síntomas de inestabilidad clínica. El haber sido valorados en esos periodos por un neurólogo o un psiquiatra se asoció a una menor probabilidad de uso de MBC en la última semana de vida.
En sus conclusiones, los autores comentan:
«A muchos residentes sociosanitarios con demencia avanzada se les administran MBC en la última semana de vida. Dado que los MBC pueden causar más riesgo que beneficio en esta vulnerable población, es importante que los médicos reevalúen de manera activa el papel de todos los medicamentos hasta el final de la vida».
Referencia bibliográfica: Jeremy N. Matlow, Susan E. Bronskill, Andrea Gruneir, Chaim M. Bell, Nathan M. Stall, Nathan Herrmann et al. Use of Medications of Questionable Benefit at the End of Life in Nursing Home Residents with Advanced Dementia. J Am Geriatr Soc 2017; digital object identifier (doi): 10.1111/jgs.14844.
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