La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha hecho pública en este mes de mayo la nueva guía de práctica clínica para el uso no urgente de antipsicóticos en los pacientes con demencia. El artículo correspondiente ha sido publicado en la revista American Journal of Psychiatry (Am J Psychiatry) el pasado día 1.
El objetivo de esta nueva guía es conseguir un uso juicioso de los antipsicóticos para tratar la agitación o la psicosis en pacientes con demencia, proponiendo un análisis previo de la relación riesgo / beneficio y una utilización de estos fármacos de forma razonable y no indefinida.
Son muchos los pacientes con demencia que en algún momento de su curso clínico desarrollan agitación o psicosis, y los antipsicóticos han sido siempre una de las herramientas para intentar contener tales síntomas en ese contexto. Pero no siempre son efectivos y además su uso está asociado a riesgos físicos, por lo que era necesaria una revisión rigurosa de la literatura científica existente, para poder crear una guía de práctica clínica adecuada.
Cada apartado de esta guía de práctica clínica ha sido calificado de acuerdo con el sistema Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE).
Así, una «recomendación», identificada por el número 1 tras la proposición, indica confianza en que los beneficios de esa intervención sobrepasan claramente a los riesgos. Una «sugerencia», identificada mediante el número 2 tras el apartado, indica incertidumbre acerca del equilibrio entre riesgos y beneficios. Estos identificadores van acompañados además de una letra mayúscula que califica la fortaleza de la evidencia de investigación asociada a esa recomendación, señalándola como alta (A), moderada (B) o baja (C).
La guía incluye 15 recomendaciones específicas sobre el uso no urgente de antipsicóticos para tratar la agitación o la psicosis en pacientes con demencia:
Muchas de las recomendaciones de esta guía de práctica clínica no hacen sino reforzar los principios generales de unos buenos cuidados clínicos. Por ejemplo, es muy adecuado evaluar las características de los síntomas de un paciente e investigar posibles causas subyacentes para el trastorno, que deberían ser corregidas en primer lugar.
Una de las recomendaciones que podría significar un cambio en la práctica diaria es el consejo de que los clínicos utilicen una medición cuantitativa para el seguimiento de los síntomas y la respuesta al tratamiento. Esto puede llevarse a cabo mediante el uso de una escala, una evaluación global de la de la gravedad de los síntomas o un recuento de los episodios de agitación. Se trata de medidas dirigidas a una visión mejor y más objetiva de los efectos del tratamiento, de los cambios experimentados en el entorno y de otros factores contribuyentes, como el dolor.
Para algunos quizá sea una sorpresa la recomendación de intentar reducir la dosis hasta retirar el medicamento a los cuatro meses de haberlo iniciado. Puede ser poco intuitivo hacer esto cuando el paciente está yendo bien, pero muchos estudios demuestran que se puede retirar la medicación antipsicótica a un porcentaje elevado de sujetos con demencia sin que reaparezcan su agitación o su psicosis.
Referencia bibliográfica: Victor I. Reus, Laura J. Fochtmann, A. Evan Eyler, Donald M. Hilty, Marcela Horvitz-Lennon, Michael D. Jibson et al. APA Official Actions: The American Psychiatric Association Practice Guideline on the Use of Antipsychotics to Treat Agitation or Psychosis in Patients With Dementia. Am J Psychiatry 2015; digital object identifier (doi):10.1176/appi.ajp.2015.173501.
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