Un alto grado de neurosis durante la madurez, propio de personas que con mucha facilidad se preocupan, se estresan o sufren ansiedad, desarrollando síntomas psicosomáticos como cefalea y trastornos del sueño, se asocia a una mayor incidencia de enfermedad de Alzheimer años más tarde, según un estudio publicado en la revista Neurology.
Este estudio incluyó a una muestra poblacional de 800 mujeres de entre 38 y 54 años, reclutada en 1968 y reexaminada después en los años 1974, 1980, 1992, 2000 y 2005. La neurosis y la extroversión se evaluaron basalmente mediante el Eysenck Personality Inventory. El distrés se midió conforme a preguntas estandarizadas en cada oleada del estudio, y la demencia incidente fue diagnosticada conforme a los criterios de la tercera edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III R), basándose en la información procedente de exámenes neuropsiquiátricos, cuestionarios al informador, bases de datos de hospitales y datos del Registro.
Durante los 38 años del seguimiento desarrollaron demencia 153 mujeres, de las que 104 fueron diagnosticadas de enfermedad de Alzheimer. Un grado más alto de neurosis durante la madurez resultó estar asociado a un incremento del riesgo de demencia de tipo alzhéimer, y también a distrés prolongado. La extroversión se asoció a una menor incidencia de distrés sostenido, pero no tuvo ninguna influencia en cuanto al riesgo de alzhéimer. Al evaluar conjuntamente ambos factores de la personalidad, la combinación con el más alto grado de riesgo de alzhéimer fue la de alto grado de neurosis / baja extroversión.
Parece claro que neurosis y alzhéimer van de la mano, pero queda aún por dilucidar si la una es causa de la otra o si simplemente van en paralelo, respondiendo quizás a genes que sean capaces de dirigir ambos procesos.
En sus conclusiones, los autores afirman que
«Nuestro estudio sugiere que la neurosis en la madurez está asociada a un mayor riesgo de demencia de la enfermedad de Alzheimer, y que el distrés es un mediador para tal asociación. Los resultados tienen implicaciones clínicas, ya que se ha identificado con ellos a un grupo de mujeres en riesgo para la demencia de la enfermedad de Alzheimer».
Referencia bibliográfica: Lena Johansson, Xinxin Guo, Paul R. Duberstein, Tore Hällström, Margda Waern, Svante Östling, et al. Midlife personality and risk of Alzheimer disease and distress: A 38-year follow-up. Neurology 2014; digital object identifier (doi): 10.1212/WNL.0000000000000907.
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