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El declive cognitivo puede evidenciarse ya a los 45

Cumplimentando test

(imagen decorativa)

El declive cognitivo puede ser apreciado ya hacia la mitad de la vida, entre los 45 y los 49 años, de acuerdo con los resultados de un estudio publicado en la revista British Medical Journal, aunque tradicionalmente los estudios sobre declive cognitivo han sido realizados en sujetos de 60 o más años de edad.

Los autores reclutaron un total de 10 308 individuos, de los cuales completaron el estudio posteriormente 5198 hombres y 2192 mujeres. Los participantes, reclutados entre los años 1985 y 1988, tenían edades comprendidas entre los 45 y los 70 años cuando se les comenzaron a realizar los test cognitivos, ya entre los años 1997 y1999. Se les realizaron test de memoria, razonamiento, vocabulario y fluencia tanto semántica como fonética, evaluándoles en tres ocasiones la lo largo de un seguimiento de 10 años.

Se establecieron basalmente cinco categorías de edad: 45-49, 50-54, 55-59, 60-64 y 65-70, y los resultados mostraron la presencia de declive en todos los test cognitivos, con excepción del de vocabulario, para todas las categorías de edad, con evidencia de un declive más rápido en los sujetos de mayor edad.

En el caso de los hombres, el declive a los 10 años fue de un 3,6% de media para los de la categoría 45-49, llegando a ser del 10,6% de media para aquellos del tramo 65-70. En las mujeres, el declive medio fue también de un 3,6% en el tramo 45-49, mientras que para la categoría 65-70 fue de un 7,4% de media.

Esta evidencia clara de que el declive cognitivo existe antes de los 60 años tiene importantes ramificaciones, al demostrar la importancia de promover estilos de vida saludables, especialmente en lo relativo a la salud cardiovascular. Cada vez es mayor la evidencia de que «lo que es bueno para nuestros corazones es bueno también para nuestras cabezas».

Los pacientes con uno o más factores de riesgo cardiovascular (obesidad, presión arterial elevada y niveles altos de colesterol) no solo podrían proteger sus corazones, sino que al hacerlo se salvaguardarían a la vez de una posible demencia más adelante en sus vidas.

En palabras de los autores,

«Determinar la ventana de edad en la que las posibles intervenciones pudieran ser más beneficiosas sería un siguiente paso crucial».

Referencia bibliográfica: Archana Singh-Manoux, Mika Kivimaki, M Maria Glymour, Alexis Elbaz, Claudine Berr, Klaus P Ebmeier et alii (et al). Timing of onset of cognitive decline: results from Whitehall II prospective cohort study. British Medical Journal 2011. Digital object identifier (doi): 10.1136/bmj.d7622.

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