La depresión tardía, la que aparece a partir de los 50 años de edad, está asociada a un riesgo de demencia significativamente aumentado y, de hecho, puede ser un signo precoz de declive cognitivo, según los resultados de un estudio que se publica en la revista Archives of General Psychiatry (Arch Gen Psychiatry).
Se sabía que la depresión a edades avanzadas está asociada a un mayor riesgo de demencia, pero la relación temporal entre la depresión y el desarrollo de la demencia aún no ha sido aclarado. Los autores de este estudio han examinado la asociación entre el riesgo de demencia y los síntomas depresivos basales.
Para ello han investigado en los sujetos participantes la historia de depresión, especialmente la de la depresión temprana (presentada antes de los 50 años de edad) frente a la tardía (edad de comienzo ≥50 años), y los dominios individuales de la Center for Epidemiologic Studies Depression Scale (CESDS) de 11 ítems.
Para este estudio se incluyó a una gran cohorte, de 3.410 participantes sin demencia de 65 o más años de edad, recogiendo su historia de síntomas depresivos en la entrevista previa. Se definió la presencia de depresión en base a una puntuación igual o superior a 11 puntos en la CESDS. El estudio se llevó a cabo a lo largo de 15 años, con un promedio de seguimiento por paciente de 7,1 años.
Desarrollaron demencia 658 participantes, de los cuales el 9,4% ya tenía basalmente síntomas depresivos significativos, y el 21% una historia documentada de depresión. La tasa de asociación de demencia con síntomas depresivos basales fue de 1,71, después de ajustar los resultados en función de la edad, sexo, nivel educativo y oleada de reclutamiento.
En comparación con los participantes sin historia de depresión, los que sufrieron depresión tardía presentaron un riesgo de demencia incrementado, con una tasa de riesgo de 1,46, mientras que no se encontró ninguna asociación entre la demencia temprana y dicho riesgo de demencia. El ánimo depresivo y la dificultad de rendimiento percibido también resultaron asociados al riesgo de demencia, con unas tasas de riesgo de 1,48 y 1,39 respectivamente.
En sus conclusiones y en base a sus resultados, los autores afirman que
«Este estudio confirmó que la depresión tardía está asociada a un riesgo incrementado de demencia, y aportó evidencia de que la depresión tardía, más que aumentar el riesgo de demencia, puede ser una manifestación precoz de la demencia».
Referencia bibliográfica: Ge Li, Lucy Y. Wang, Jane B. Shofer, Mary Lou Thompson, Elaine R. Peskind, Wayne McCormick et alii (et al). Temporal Relationship Between Depression and Dementia: Findings From a Large Community-Based 15-Year Follow-up Study. Arch Gen Psychiatry 2011;68:970-977.
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