Hay varios factores de riesgo de demencia que pueden ser susceptibles de intervención, y ellos son el objetivo de un estudio publicado en la revista Therapeutic Advances in Chronic Disease (Ther Adv Chronic Dis), en el que se les trata de identificar y se lleva a cabo una revisión de todo lo publicado sobre ellos a día de hoy.
En este artículo se examinan también los avances logrados en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer, la causa más frecuente de demencia, en la que las investigaciones farmacológicas actuales van dirigidas a modificar el curso de la enfermedad, y se exploran también en este estudio otras actuaciones que podrían retrasar el declive cognitivo en los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Los autores han llevado a cabo una revisión de la literatura científica en búsqueda de actuaciones que puedan modificar el riesgo de incidencia de demencia, o que modifiquen la progresión de los síntomas en aquellos que ya están diagnosticados de demencia.
Los factores de riesgo de demencia identificados como modificables mediante intervención incluyen la presión arterial, la diabetes, las cifras elevadas de colesterol, los factores psicosociales y los relacionados con el estilo de vida.
Los medicamentos que lideran los desarrollos en curso pueden agruparse en función de su diana principal: anti-amiloide, anti-tau y dirigidos a la estabilidad mitocondrial. Sin embargo, hasta la fecha no se han registrado éxitos en ensayos de fase 3 avanzada para tales medicamentos.
Para cuando el diagnóstico de demencia ya se ha establecido, hay pocas cosas que puedan retrasar el ritmo del declive. Algunas excepciones posibles incluyen el ejercicio y el tratamiento de la hipertensión con algunos agentes nootrópicos, que están mostrándose prometedores en algunos ensayos pequeños.
A partir de los datos obtenidos, parece adecuado concluir que evitar la hipertensión y controlar el colesterol y la diabetes, así como mantener una dieta y un estilo de vida saludables puede reducir el riesgo de desarrollar demencia. Es evidente que en los ensayos clínicos es necesario optimizar los objetivos de salida que, en parte, explican los numerosos fracasos producidos en las fases avanzadas de los ensayos clínicos con medicamentos modificadores de la enfermedad. Se necesita mejorar las baterías de test diagnósticos para reducir la heterogeneidad de la población investigada en los estudios de intervención precoz, para conseguir en el futuro ensayos clínicos más robustos. Aunque la investigación actual indica que hay pocas cosas que puedan retrasar el declive en la demencia, los ensayos clínicos futuro podrían poner el enfoque en los nootrópicos.
Está claro para los autores de este estudio que en la madurez hay varios factores de riesgo que pueden conducir a una mayor probabilidad de desarrollar demencia, pero que no existen actuaciones sencillas que puedan modificar tales riesgos.
Referencia bibliográfica: Danielle Wilson, Ruth Peters, Karen Ritchie and Craig W. Ritchie. Latest advances on interventions that may prevent, delay or ameliorate dementia. Ther Adv Chronic Dis 2011;2:161-173.
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