La historia familiar es, después de la edad, el factor de riesgo más importante para sufrir enfermedad de Alzheimer. Un estudio recientemente publicado en la revista Neurology muestra cómo el riesgo debido a este factor es mucho mayor cuando el progenitor afectado por la enfermedad es la madre, dato que ya ha sido sugerido con anterioridad por otros estudios.
Este estudio longitudinal ha investigado si existen patrones regionales diferenciales en la atrofia de la sustancia gris en ancianos cognitivamente sanos con y sin historia familiar de enfermedad de Alzheimer de inicio tardío.
Se incluyeron en el estudio 11 sujetos con historia materna de enfermedad de Alzheimer, 10 con historia paterna de la misma y 32 sin historia familiar de la enfermedad. Todos los participantes eran similares en edad, género, nivel educativo y puntuación en el Mini-Mental State Examination (MMSE), y se les realizaron exámenes de imagen de resonancia magnética (IRM) al ingresar en el estudio y tras 2 años de seguimiento.
Se utilizó un programa informático específico para poder examinar las diferencias regionales de la atrofia sufrida por los distintos grupos, ajustando los resultados en función de la edad, género y estado de portador del alelo ε4 de la apolipoproteína E (APOE-ε4). Los autores analizaron también la atrofia en relación con el APOE-ε4.
Los investigadores hallaron que los individuos cognitivamente normales sufrían una atrofia cerebral global significativamente mayor cuando pertenecían a los grupos con historia familiar de la enfermedad, en comparación con quienes no la tenían. Pero al dividir los grupos entre aquellos con historia familiar materna y los que tenían una historia familiar paterna, se vio que únicamente el subgrupo con antecedente familiar materno estaba asociado a cambios cerebrales atróficos significativos.
No solo eso, sino que además el subgrupo con historia familiar materna de la enfermedad de Alzheimer era el único que tenía una atrofia regional significativamente mayor en las regiones hipocámpica, parahipocámpica y del precúneo, en comparación con los demás subgrupos, y ello independientemente del estado APOE-ε4, del género y de la edad. Los participantes portadores de un alelo APOE-ε4 tenían una mayor atrofia regional en el córtex frontal, en comparación con los no portadores.
En base a sus resultados, los autores concluyen que
«Los individuos sin demencia pero con historia familiar materna sufren reducciones progresivas del volumen de la sustancia gris en regiones del cerebro selectivamente vulnerables para la enfermedad de Alzheimer, específicamente en las circunvoluciones parahipocámpica y precuneal. Estos datos complementan y amplían los informes sobre las diferencias metabólicas regionales cerebrales y los incrementos de la carga de β-amiloide en los sujetos con historia familiar materna de Alzheimer, lo cual puede estar relacionado con un riesgo más elevado de desarrollar la enfermedad».
Referencia bibliográfica: Robyn A. Honea, Russell H. Swerdlow, Eric D. Vidoni, Jeffrey M. Burns. Progressive regional atrophy in normal adults with a maternal history of Alzheimer disease. Neurology 2011;76:822-829.
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