Los adolescentes que son físicamente más activos tienen un menor riesgo de deterioro cognitivo al final de su vida, según los resultados de un estudio que han llevado a cabo investigadores norteamericanos y canadienses sobre más de 9.000 mujeres, y que se publica en el último número de la revista Journal of the American Geriatrics Society (J Am Geriatr Soc).
Pese a existir un elevado número de estudios epidemiológicos que han examinado la relación entre la actividad física y la cognición en la vejez, son pocos los que han incluido mediciones de la actividad física realizada antes de la madurez, y ninguno de ellos ha incluido mediciones separadas para varios tramos de edad. Sin embargo, existen razones para pensar que la actividad física anterior a la edad madura puede afectar a la cognición en la vejez. Por ejemplo, se sabe que los jóvenes físicamente activos tienen un mejor rendimiento cognitivo y académico.
Los autores de este estudio han realizado mediciones de la actividad física para relacionarla con el deterioro cognitivo en la vejez, para lo cual han contado con un total de 9.344 mujeres de 65 o más años de edad, que cumplimentarion cuestionarios sobre su actividad física en cuatro tramos de edad: la adolescencia, los 30 años, los 50 años y la vejez.
Se utilizaron análisis estadísticos para determinar la asociación entre el estatus de actividad física en cada tramo de edad y la probabilidad de deterioro cognitivo. Los resultados fueron ajustados en función de la edad, nivel educativo, estatus marital, diabetes mellitus, hipertensión, síntomas depresivos, tabaquismo e índice de masa corporal (IMC).
Las mujeres que habían declarado ser físicamente activas resultaron tener en su vejez una prevalencia más baja de deterioro cognitivo que aquellas que habían sido poco activas en cualquiera de los tramos de edad analizados. Cuando se analizaron juntos los cuatro tramos de edad, la actividad física en la adolescencia resultó ser la más fuertemente asociada a bajas probabilidades de deterioro cognitivo en la vejez. No obstante, también resultó ser cierto que las mujeres físicamente inactivas en la adolescencia, si se volvían activas más adelante, veían también reducido su riesgo de deterioro cognitivo en la vejez en comparación con las que se mantuvieron siempre inactivas.
En sus conclusiones, los autores afirman que:
«Las mujeres que declararon haber sido activas en cualquier tramo de edad a lo largo de su vida, especialmente cuando eran adolescentes, tuvieron una menor probabilidad de deterioro cognitivo en la vejez. Debería promocionarse la actividad física desde edades tempranas y a través del curso de la vida».
Referencia bibliográfica: Laura E. Middleton, Deborah E. Barnes, Li-Yung Lui and Kristine Yaffe. Physical Activity Over the Life Course and Its Association with Cognitive Performance and Impairment in Old Age. J Am Geriatr Soc 2010;58:1322-1326.
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