La Academia Americana de Neurología (AAN) acaba de publicar en la revista Neurology, su órgano oficial de expresión, una actualización de las normas de procedimiento para evaluar el riesgo de los pacientes con demencia para manejar vehículos a motor.
Las habilidades para conducir estos vehículos se deterioran paralelamente al aumento de la severidad de la demencia. Siempre se ha considerado que incluso los pacientes con demencia leve ya constituyen un grupo de conductores con riesgo más alto, pero algunos estudios más recientes informan de que hasta un 76% de ellos son aún capaces de aprobar un examen de conducción, y pueden conducir de manera segura.
La sensibilidad de las predicciones de los médicos para identificar a los conductores seguros cuando evalúan a pacientes con demencia es nula o muy baja cuando se basan tan solo en test genéricos de cribado (como el Mini-Mental State Examination, MMSE). Cuando en estas predicciones se incluyen además otros test cognitivos y elementos del historial del paciente como conductor, los resultados son más exactos, pero gozan de grados de sensibilidad y especificidad que siguen siendo modestos.
Los miembros del subcomité de estándares de calidad de la AAN han revisado el grado de evidencia actual acerca de la utilidad de las características demográficas, el historial de conducción de vehículos y los test cognitivos para precedir la capacidad de manejar vehículos a motor entre pacientes con demencia, y también han tratado de determinar en el estudio la eficacia de las estrategias de reducción del riesgo de la conducción aplicadas a pacientes con demencia.
Para ello han llevado a cabo una revisión sistemática de la literatura científica actual, encontrando que las características más útiles para identificar la los pacientes con demencia que tienen un riesgo más elevado de conducción insegura de vehículos a motor son las siguientes:
Por el contrario, los autores llegan a la conclusión de que para identificar a los conductores de riesgo no son últiles las siguientes características:
Por último, los autores de esta revisión indican que no existe un grado de evidencia suficiente para respaldar ni rechazar la utilidad que puedan tener para identificar a los conductores de riesgo otros test neuropsicológicos, el grado de severidad de la demencia, ni el uso de estrategias de intervención para conductores con demencia.
Referencia bibliográfica: D.J. Iverson, G.S. Gronseth, M.A. Reger, S. Classen, R.M. Dubinsky, M. Rizzo. Practice Parameter update: Evaluation and management of driving risk in dementia, Report of the Quality Standards Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology 2010;74:1316-1324.
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