Son muchos los estudios observacionales que demuestran que el ejercicio físico reduce el riesgo de deterioro cognitivo, pero falta evidencia procedente de ensayos aleatorizados en tal sentido. La revista Journal of the American Medical Association (JAMA) publica un estudio controlado y aleatorizado en el que se trata de determinar si la actividad física es capaz de reducir el ritmo de declive cognitivo entre adultos mayores con riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer.
El estudio se ha llevado a cabo entre 2004 y 2007 en Australia. Los participantes eran voluntarios que reconocían sufrir problemas de memoria, pero que no reunían criterios diagnósticos de demencia. De un total de 311 voluntarios de 50 o más años de edad seleccionados como eligibles, 89 se consideraron finalmente no eligibles y 52 rechazaron luego participar en el estudio. Se aleatorizó por tanto a un total de 170 participantes, de los que 138 completaron los 18 meses de evaluación.
Los participantes fueron aleatorizados para entrar en un grupo de educación y cuidados estándar, o en otro grupo con un programa de actividad física domiciliaria de 24 semanas de duración. Los valores principales de salida del estudio fueron los cambios en las puntuaciones de la Alzheimer Disease Assessment Scale-Cognitive Subscale (ADAS-Cog) a lo largo de 18 meses.
En este estudio, los participantes del grupo de ejercicio mejoraron 1,3 puntos en la ADAS-Cog en comparación con los del grupo de cuidados estándar a los 6 meses. Puede parecer poco, pero se sale ganando si se compara con la mejora que suele producir el donepecilo en ese mismo periodo de tiempo, que es de 0,5 puntos.
Más importante aún, los beneficios del ejercicio en este estudio han demostrado ser sostenidos, aunque de forma atenuada, durante el seguimiento de 18 meses: una media de 0,69 puntos en la ADAS-Cog, frente a los 0,2 puntos asociados al uso de donepecilo también para un periodo de 18 meses.
Además, los resultados en la ADAS-Cog se mantuvieron ampliamente constantes cuando en los análisis estadísticos se incluyeron solamente los sujetos con criterios clínicos de deterioro cognitivo leve.
Referencia bibliográfica: Nicola T. Lautenschlager, Kay L. Cox, Leon Flicker, Jonathan K. Foster, Frank M. van Bockxmeer, Jianguo Xiao et alii (et al.). Effect of physical activity on cognitive function in older adults at risk for Alzheimer disease: a randomized trial. JAMA 2008;300:1027-1037.
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