La existencia previa de deterioro cognitivo leve constituye un factor de riesgo fundamental para la aparición de demencia tras sufrir un ictus, según los autores de un trabajo de investigación que se ha publicado en la prestigiosa revista Neurology.
Los investigadores de este estudio lo diseñaron para examinar el riesgo y los determinantes de demencia subsiguientes a un ictus. Estudiaron el efecto de un ictus clínicamente detectable sobre el riesgo de demencia sobre un total de 335 sujetos procedentes del Baltimore Longitudinal Study of Aging, todos ellos cognitivamente normales a su entrada en el estudio y con una media de edad de 75.1 años.
Los ictus fueron frecuentes en esta cohorte, y confirieron un riesgo de demencia aumentado en comparación con los sujetos sin ictus. La mayoría de los pacientes que desarrollaron demencia tras el ictus presentaban evidencia de deterioro cognitivo leve previo. Más aún, el ictus clínicamente sintomático constituyó un factor de riesgo principal para la conversión de deterioro cognitivo leve a demencia.
En los casos en que no había deterioro cognitivo leve previo, no se presentó incremento del riesgo de demencia subsiguiente. Los datos anatomopatológicos de este estudio indicaban que el deterioro previo era debido tanto a patología vascular como a patología de enfermedad de Alzheimer.
En sus conclusiones, los autores afirman que: «La demencia posterior a un ictus puede estar determinada por el deterioro cognitivo que exista previamente al ictus
».
Referencia bibliográfica: A. Gamaldo, A. Moghekar, S. Kilada et al. Effect of a clinical stroke on the risk of dementia in a prospective cohort. Neurology 2006;67:1363-1369.
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