En un estudio publicado recientemente en la revista Archives of Neurology se establece la posibilidad de utilizar perfiles de expresión de determinados genes como biomarcadores de respuesta a la inmunización con β-amiloide, o de riesgo del desarrollo de meningoencefalitis tras la misma.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza desde el punto de vista neuropatológico por la existencia de placas de amiloide y degeneraciones neurofibrilares. La inmunización con un péptido inmunógeno de β-amiloide(1-42), codificado con el nombre en clave AN-1792, se configura en modelos animales como una forma de inhibir el desarrollo de placas de amiloide, con la consiguiente mejoría del estado cognitivo.
El estudio del perfil genómico en humanos, previo a la inmunización con AN-1792, ha permitido obtener diversos biomarcadores relacionables con la posibilidad de ser respondedor a dicha terapia (síntesis de IgG, Inmunoglobulinas G) o con el riesgo de desarrollar meningoencefalitis tras ésta.
Se han estudiado modelos de expresión génica de preinmunización a partir de células mononucleares obtenidas de sangre periférica de 153 pacientes (123 tratados con inmunización y 30 con placebo).
Entre los genes asociados con el desarrollo de meningoencefalitis tras la inmunización con AN-1792 se encontraron aquellos normalmente relacionados con la regulación de procesos inflamatorios. El gen asociado con más significación fue el STAT1 (signal transducer and activator of transcription 1), un gen crítico en el control de cascadas proinflamatorias. La combinación de otros genes con NP UKp68 (Nuclear Protein UKp68) o con STAT1 se conforma como el mejor biomarcador de riesgo de desarrollo de meningoencefalitis.
Puede sugerirse que los pacientes que desarrollaron meningoencefalitis tras la inmunización tenían alteraciones genéticas en las vías que controlan el factor de necrosis tumoral y otras cascadas proinflamatorias y apoptóticas. Posiblemente estas cascadas proinflamatorias y sus vías reguladoras se encuentran, en estos pacientes en un equilibrio inestable, que se descompensa con la administración del péptido inmunógeno.
La mayoría de los genes asociados con la respuesta IgG se relaciona con funciones biológicas que no son específicas del sistema inmune, como la síntesis proteica, procesamiento de RNA (Ácido Ribonucleico), etc. Se podria establecer que la posibilidad de no ser respondedor a esta inmunización se deba a la existencia de un declive general de todas estas funciones biológicas, de ahí un mayor porcentaje de no respondedores entre los pacientes de mayor edad.
Referencia bibliográfica: Margot O'Toole, Derek B. Janszen, Donna K. Slonim et al. Risk Factors Associated With β-Amyloid(1-42) Immunotherapy in Preimmunization Gene Expression Patterns of Blood Cells. Archives of Neurology 2005;62:1531-1536.
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