La presencia de signos motores en los pacientes con enfermedad de Alzheimer tiene valor predictivo para su empeoramiento cognoscitivo o funcional, o de mayor riesgo de institucionalización o de fallecimiento. Esto es lo que se desprende de los resultados de un trabajo de investigación que se acaba de publicar en la revista Neurology, realizado sobre pacientes de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
El objetivo de este estudio era investigar si la presencia de signos motores tenía algún valor predictivo en la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Para ello se reclutaron 533 pacientes con enfermedad de Alzheimer en estadios iniciales (con una puntuación basal media de 21/30 en el MMSE, Mini-Mental State Examination), a los que se realizó un seguimiento de hasta 13.1 años (con una media de 3 años) de manera semestral, llevándose a cabo un total de 3149 visitas de evaluación, con una media de 5.9 por paciente. Los pacientes fueron reclutados en cinco centros universitarios de Alzheimer de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
Se consideraron 4 estados o puntos finales fundamentales, que podían darse solos o asociados entre sí y que se evaluaron cada 6 meses: un estado cognoscitivo equivalente a 10 puntos en el MMSE, un estado funcional definido por una puntuación de 10 en la Escala de Demencia de Blessed, la institucionalización del enfermo, y el fallecimiento del paciente. La presencia de signos motores se evaluó mediante la Unified Parkinson's Disease Rating Scale. Los resultados estaban controlados en función de la cohorte, el centro de reclutamiento, el sexo, edad, nivel educativo, un índice de comorbilidad y los rendimientos cognoscitivos y funcionales.
El 39% de los pacientes alcanzó el estado o punto final cognoscitivo, mientras que el 41% alcanzó el funcional, el 54% la institucionalización y el 47% el fallecimiento. El 14% de los pacientes presentaba ya basalmente signos motores, y al final del estudio los había tenido el 45% de los enfermos. La presencia de signos motores estuvo asociada a un mayor riesgo para los 4 puntos finales estudiados. En particular, el temblor se asoció especialmente a un mayor riesgo de alcanzar el punto final cognoscitivo, la bradiquinesia se asocio más a alcanzar el punto final funcional, y las alteraciones posturales y de la marcha acarrearon un mayor riesgo de institucionalización y de mortalidad. Un ritmo más rápido de acumulación de signos motores se asoció a un mayor riesgo para todos los puntos finales.
En sus conclusiones, los autores afirman que:
«Los signos motores predicen el declive cognitivo y funcional, la institucionalización, y la mortalidad en la enfermedad de Alzheimer», y que: «Áreas diferentes de signos motores predicen distintos resultados».
Referencia bibliográfica: Nikolaos Scarmeas et al. Motor signs predict poor outcomes in Alzheimer disease. Neurology 2005;64:1696-1703.
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