La ingesta de cantidades moderadas de alcohol podría asociarse a una mejor cognición, y a un menor riesgo de declive cognoscitivo. Esto es al menos lo que se deduce de los resultados de un estudio norteamericano publicado recientemente en la revista American Journal of Epidemiology. Algunos estudios habían sugerido ya con anterioridad que la ingesta de candidades moderadas de alcohol podría asociarse a una mejor función cognoscitiva, así como a un riesgo reducido de declive cognoscitivo y de demencia.
Los autores llevaron a cabo este estudio investigando prospectivamente las posibles asociaciones entre la ingesta de alcohol declarada por las participantes y su función cognoscitiva, con datos que recogieron durante el Women's Health Initiative Memory Study (que investigó los efectos de la terapia hormonal sustitutiva combinada sobre la cognición de mujeres postmenopáusicas entre 1996 y 2002).
Se llevó a cabo el seguimiento de 4461 mujeres de entre 65 y 79 años de edad, residentes en su comunidad, y reclutadas a través de 39 centros médicos de los Estados Unidos. El seguimiento medio fue de 4.2 años, con la práctica anual de una versión modificada del MMSE (Mini-Mental State Examination) y mediante protocolos estandarizados para la detección de Deterioro Cognitivo Leve y de demencia probable.
En comparación con la abstención de tomar alcohol, la ingesta ≥1 copa diaria se asoció a mayores puntuaciones basales del MMSE modificado. Estas mujeres tenían además un 40% menos de riesgo de declive cognoscitivo significativo a lo largo del tiempo. También se asoció este nivel de ingesta diaria de alcohol a una menor incidencia de Deterioro Cognitivo Leve y de demencia, aunque la diferencia para estos dos últimos casos no fue estadísticamente significativa. La asociación con ingestas de alcohol menores de 1 copa diaria arrojaron datos intermedios. Estos resultados se mantuvieron cuando los autores realizaron su ajuste en función de otros factores que podrían haber influido, como el nivel educativo o los ingresos familares.
Entre las posibles causas, los autores barajan el efecto del alcohol en el aumento de los niveles de HDL-colesterol (colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad), y un posible efecto reductor de las placas de amiloide que se asocian a la enfermedad de Alzheimer.
En sus conclusiones, los autores afirman que:
«La ingesta de alcohol en niveles moderados puede estar asociada a una mejor cognición y a un riesgo reducido de declive cognoscitivo significativo».
aunque reconocen que:
«Sin embargo, no pueden ser descartadas difusas asociaciones con factores no medidos».
En cualquier caso, los autores aclaran también que
«Estos resultados por sí mismos no son una razón para que la gente que no bebe empiece a hacerlo, ni para que aquellos que beben menos aumenten su ingesta».
Referencia bibliográfica: Mark A. Espeland et al. Association between reported alcohol intake and cognition: results from the Women's Health Initiative Memory Study. American Journal of Epidemiology 2005;161:228-238.
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