La interpretación de la asociación entre demencia y presión arterial no está aún totalmente clara, pero algunos estudios prospectivos han sugerido que la demencia podría bajar la presión arterial. La revista Archives of Neurology publica en su último número un artículo en el que sus autores observan que la presión arterial sistólica aumenta con el tiempo en mujeres cognoscitivamente normales, mientras que lo hace en menor grado en mujeres con deterioro cognoscitivo o demencia.
Los autores han realizado un examen longitudinal comparativo y restrospectivo de los datos de la presión arterial entre mujeres con demencia, mujeres con deterioro cognoscitivo y otras cognoscitivamente sanas pertenecientes a un subconjunto de las participantes en el Woman´s Memory Study. Este estudio se llevó a cabo en California entre el 15 de enero de 1989 y el 30 de septiembre de 1999, incluyendo mujeres de 75 años de edad o más agrupadas en función de que estuviesen tomando o no terapia hormonal sustitutiva con estrógenos por vía oral.
El subconjunto objeto de esta investigación contaba con un total de 1170 mujeres, de las que 300 padecían demencia al inicio del estudio, 285 padecían deterioro cognoscitivo, y 585 eran cognoscitivamente normales. No se pudieron encontrar los historiales clínicos de 18 de los casos, y en otros 19 se carecía de los datos de registro de su presión arterial, lo que permitió utilizar finalmente a un total de 1133 participantes para el análisis.
Se comprobó que la presión arterial sistólica se había elevado a lo largo del tiempo en las mujeres cognoscitivamente normales, mientras que lo había hecho en menor medida en las que padecían deterioro cognoscitivo o demencia. La presión arterial diastólica se había reducido de manera estadísticamente significativa en los tres grupos. En comparación con las mujeres sin deterioro cognoscitivo, el ritmo ajustado de descenso de la presión arterial diastólica fue significativamente mayor entre las mujeres del grupo con demencia.
En sus conclusiones, los autores afirman que:
«Estos hallazgos son consistentes con hallazgos anteriores de que la relación entre presión arterial y demencia se ve afectada por la edad en el momento de la recogida de datos. Las deducciones válidas acerca del efecto de la presión arterial en el desarrollo de demencia requieren de la recogida prospectiva de datos en la cual los sujetos se encuentren libres de demencia o de deterioro cognoscitivo en el momento del reclutamiento».
y que:
«Será necesario que los estudios recluten sujetos de edades en las que la demencia no haya afectado a la presión arterial».
Referencia bibliográfica: Diana B. Petitti et al. Blood pressure levels before dementia. Archives of Neurology 2005;62:112-116.
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