Hasta ahora no existía modo de diagnosticar con exactitud la enfermedad de Alzheimer (EA) en un paciente vivo. Sin embargo, unos investigadores del University of Texas Southwestern Medical Center, Dallas, han encontrado un método que, combinado con la evaluación clínica, aporta casi un 100% de certeza diagnóstica.
La revista The Journal of Nuclear Medicine publica este mes el estudio, cuyo objetivo era evaluar el signo cingulado posterior en la diferenciación entre EA y demencia frontotemporal (DFT), importante sobre todo porque para la EA existe un tratamiento eficaz, cosa que no ocurre para la DFT.
Se recogieron imágenes de Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) de 20 pacientes con EA confirmada clínicamente o demostrada en la necropsia (10 de los casos), y de 20 pacientes con DFT confirmada clínicamente o demostrada en la necropsia (7 de los casos), y se compararon con las de 20 ancianos sanos como sujetos de control.
El equipo investigador utilizó el SPECT para medir el flujo sanguíneo en el córtex cingulado posterior de los 60 sujetos. Las imágenes mostraron reducciones significativas de este flujo en 16 de los 20 pacientes con diagnóstico de EA, mientras que solo uno de los diagnosticados de DFT sufría tal reducción en el córtex cingulado posterior. Además, al reevaluar a este último paciente, el diagnóstico fue ya de EA y no de DFT como se había catalogado inicialmente.
De esta manera, un paciente que muestre en el SPECT una reducción significativa del flujo sanguíneo de su córtex cingulado posterior (o sea, que muestre el signo cingulado posterior), tiene una probabilidad 16 veces mayor de padecer EA que de padecer DFT.
Afirman los autores en sus conclusiones que:
«Cuando está presente, el signo cingulado posterior indica la presencia de enfermedad de Alzheimer; está aparentemente ausente en la demencia frontotemporal, sirviendo por tanto como un signo de diagnóstico diferencial».
Referencia bibliográfica: Frederick J. Bonte et al. Differential diagnosis between Alzheimer's and frontotemporal disease by the posterior cingulate sign. The Journal of Nuclear Medicine 2004;45:771-774.
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