Un equipo de investigación español encabezado por Ignacio Torres Alemán ha encontrado un modo de controlar la acumulación de β-Amiloide en la enfermedad de Alzheimer.
El grupo de investigadores (del Instituto de Neurobiología "Ramón y Cajal" del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) ha descrito un nuevo mecanismo fisiológico en el control del β-Amiloide, que influye en el proceso degenerativo relacionado con el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer.
El estudio ha sido realizado realizado por Eva Carro, José Luis Trejo, Teresa Gómez-Isla, Derek LeRoith e Ignacio Torres Alemán. Estudios en distintos modelos animales de amiloidosis cerebral obtenidos por el equipo del CSIC, en colaboración con la Universidad de Navarra (Teresa Gómez-Isla) y el National Institute of Health de Estados Unidos (Derek LeRoith), indican que el tratamiento con IGF-1, mediante una sencilla administración subcutánea de la hormona, disminuye los niveles anormalmente altos de β-Amiloide, ya que favorece su transporte fuera del cerebro.
En palabras del investigador Ignacio Torres Alemán:
«El hallazgo ha producido ya resultados satisfactorios en animales de laboratorio y, aunque no queremos crear expectativas inadecuadas, podemos ser optimistas y creer que estos hallazgos se podrán trasladar a la clínica tras los necesarios ensayos",
El trabajo español que se publicará en el próximo mes de diciembre de 2002 en la revista Nature demuestra que la administración de IGF-1 por vía subcutánea disminuye los niveles del péptido favoreciendo su transporte fuera del cerebro, probablemente mediante la mejora de la función de proteínas transportadoras de β-Amiloide como la albúmina.
El IGF-1 es una hormona neuroprotectora que desciende sus niveles en suero durante el envejecimiento y los autores consideran que es un regulador fisiológico de los niveles cerebrales de β-Amiloide con potencial terapéutico.
Afirma Torres Alemán:
«Con la lógica cautela que se deriva de resultados obtenidos en animales de laboratorio, el hecho de que el IGF-1 carezca de efectos secundarios, como ya se ha demostrado, nos hace ser optimistas en que estos hallazgos se puedan trasladar a la clínica tras los necesarios ensayos clínicos»
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