Entre los muchos criterios barajados para el diagnóstico de la Pseudodemencia, los de Rabins y colaboradores (1993), que se incluyen en la siguiente tabla, están entre los más utilizados. Hay que ser precavido ante la presencia de enfermedad vascular cerebral, puesto que en ese contexto la depresión suele ir acompañada de deterioro cognitivo y forma parte de otro concepto, la depresión vascular, dentro de un continuo depresión-demencia.
Frecuentes quejas de pérdida de memoria:
Los pacientes enfatizan su discapacidad.
La pérdida de memoria es parecida tanto para los eventos recientes como para los remotos.
Pérdida de memoria para períodos de tiempo o eventos específicos.
Antecedentes de depresión.
Inicio subagudo (inferior a 6 meses).
Ideas delirantes de culpa y sentimiento de inutilidad.
Pérdida de apetito.
Sentimiento de tristeza.
Ausencia de signos de enfermedad vascular cerebral, extrapiramidal o espinocerebelosa.
Puntuación en la Escala de Hachinski inferior a 4.
Ausencia de cuadros confusionales en los tratamientos con antidepresivos tricíclicos.
Puntuación en el Mini-Mental State Examination (MMSE) de Folstein superior a 21.
Puntuación en la Hamilton Depresssion Rating Scale superior a 21.
Insomnio superior al 25% del tiempo de sueño.
No existe un "punto de corte", sino que cuanto mayor sea el número de criterios que reúne un paciente, mayor es la probabilidad de que se trate de Pseudodemencia y no de una demencia.
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