El colesterol elevado en las etapas avanzadas de la vida parece estar asociado a un menor riesgo de demencia, particularmente entre los no fumadores, al igual que parece suceder con el riesgo cardiovascular según sugieren los resultados de múltiples estudios recientes. Esto contrasta con lo que ocurre con el colesterol elevado en la madurez, que la mayoría de las investigaciones asocia a un mayor riesgo de demencia al llegar a la vejez. El estudio, en el que han participado investigadores suecos y norteamericanos, ha sido publicado en la revista Neurology.
Los autores llevaron a cabo evaluaciones neuropsiquiátricas, antropométricas y de laboratorio (entre otras) sobre un total de 392 participantes de una cohorte de sujetos nacidos entre 1901 y 1902, residentes en Göteborg (Suecia), examinándolos por primera vez a la edad de 70 años, y realizando el seguimiento a las edades de 75, 79, 81, 83, 85 y 88 años. La información sobre los que no se pudo realizar el seguimiento se obtuvo a partir de informes clínicos, datos de hospitales y certificados de defunción. Se examinaron los niveles de lípidos a las edades de 70, 75 y 79 años, y la incidencia de demencia entre las edades de 70 y 88 años.
En sus resultados, los investigadores encontraron que los niveles de colesterol elevados a las edades de 70, 75 y 79 años estaban asociados a un riesgo menor de demencia en las edades de 79 a 88 años. El examen de los niveles de colesterol por cuartiles mostró que la reducción del riesgo solo estaba presente en el cuartil con cifras más elevadas. En los mismos controles y tramos de edades, no se encontró asociación significativa entre los niveles de triglicéridos y la incidencia de demencia. Cuando se examinó la relación entre colesterol y riesgo de demencia en conjunción con la condición de fumador, no fumador o ex-fumador, se comprobó que la asociación del colesterol elevado con una reducción del riesgo de demencia solo se presentaba entre los no fumadores (aquellos sujetos que jamás habían fumado).
Según estos investigadores, es posible que el colesterol elevado juegue algún papel en la protección frente a la demencia, al ser una molécula esencial en muchos procesos fisiológicos, como precursor de las hormonas esteroideas (estrógenos, andrógenos...), aportando integridad estructural y modulando la fluidez de las membranas celulares, es también esencial para la integridad sináptica básica y la neurotransmisión... Además, algunos estudios in vitro sugieren que el colesterol actúa también como antioxidante.
Si esto es confirmado por estudios ulteriores, habría que replantearse el tratar o no las hipercolesterolemias en estos tramos de edad. Sin embargo, comentan los autores, otra explicación posible es que el colesterol elevado en estas edades no sea más que un marcador de "robustez" de estos ancianos, de resistencia de los mismos a la incidencia de demencia. Esto también sería importante de ser el caso, pues induciría a investigar qué factor o factores influyen en la "invulnerabilidad" de algunos de estos ancianos con colesterol alto frente a la demencia.
En sus conclusiones, los autores dicen que:
«El colesterol alto a edad avanzada estuvo asociado a un riesgo menor de demencia, lo cual contrasta con los estudios previos que sugieren que el colesterol alto de la madurez es un factor de riesgo para una demencia posterior. Estos resultados contradictorios pueden explicarse por el momento de las mediciones del colesterol en relación con la edad y con el comienzo clínico de la demencia».
Referencia bibliográfica: M.M. Mielke et al. High total cholesterol levels in late life associated with a reduced risk of dementia. Neurology 2005;64:1689-1695.
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