Un estudio realizado en ratones transgénicos modelo de enfermedad de Alzheimer ha demostrado la eficacia del rolipram, que mejoró las transmisiones sinápticas y la memoria en los roedores, según un interesante artículo que se publica en el último número de la revista The Journal of Clinical Investigation. Este estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos) abre una nueva línea de posible acción terapéutica sobre la enfermedad.
El rolipram es un inhibidor de la fosfodiesterasa 4, del que se sabe que mejora el aprendizaje y la memoria mediante la elevación de los niveles de Adenosín-Monofosfato cíclico (cAMP) y la estimulación de la vía cAMP/PKA (proteín-cinasa dependiente del cAMP)/CREB (proteína enlazadora reguladora del cAMP), que existe a través de las especies, regulando por ejemplo la memoria olfatoria en la Drosophila y la memoria hipocámpico-dependiente en los ratones.
La evidencia sugiere que la enfermedad de Alzheimer comienza como un trastorno de la función sináptica, en parte causada por niveles elevados del β-Amiloide(1-42). los déficits sinápticos y cognoscitivos son reproducidos en ratones transgénicos-dobles (con modificación en la proteína precursora de amiloide y en la presenilina 1).
En este estudio, los autores demuestran que un tratamiento breve con rolipram mejora los déficits de los ratones transgénicos-dobles tanto en la potenciación a largo plazo como en el aprendizaje contextual. Más importante aún, ese efecto beneficioso se mantiene más allá de la duración de la administración del rolipram. Una tanda de tratamiento sistémico de tres semanas con rolipram mejora la potenciación a largo plazo y la transmisión sináptica basal, así como la memoria asociativa, la de referencia y la de trabajo, durante al menos 2 meses después de haber terminado dicho tratamiento. Por otra parte, es de resaltar que la eficacia del rolipram es aún mayor en los ratones más viejos que en los más jóvenes.
Los autores afirman en la discusión de su estudio que:
«Los datos que aquí se presentan muestran que el rolipram no solo puede contrarrestar inmediatamente los efectos inhibidores de altos niveles de β-Amiloide sobre la plasticidad y el aprendizaje contextual sino también retrasar considerablemente la progresión natural de las anormalidades sinápticas y cognoscitivas inducidas por el β-Amiloide, produciendo modificaciones neuronales duraderas».
Finalizan diciendo que:
«En consecuencia, los hallazgos resaltados aquí en nuestro estudio proporcionan a una perspectiva nueva y prometedora para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas, y añaden un nuevo tipo de medicamentos a los tratamientos ya disponibles para combatir esta devastadora enfermedad».
Referencia bibliográfica: Bing Gong et al. Persistent improvement in synaptic and cognitive functions in an Alzheimer mouse model after rolipram treatment. The Journal of Clinical Investigation 2004;114:1624-1634.
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